Este año, la Organización de Cooperación de Shanghai que engloba a seis países (China, Rusia, Kazajstán, Kirguizistán, Tayikistán, Uzbekistán; Mongolia, India, Irán y Pakistán tienen estatus de observadores) celebra su 5º aniversario.
A escala mundial, la OCSh es una fuerza nada despreciable. El PIB total de sus miembros supera $2,5 billones. Los países de la OCSh ocupan 3/5 de la superficie de Eurasia, mientras sus habitantes constituyen ¼ de la población mundial. Tomando en consideración el posible ingreso de nuevos miembros, el recurso humano de la OCSh llegaría a totalizar 3.000 millones de personas, dispondría de la mitad de las reservas planetarias de petróleo y gas, así como la mitad del potencial defensivo de la Humanidad.
Aparte de la integración económica (durante 20 años, en el marco de la OCSh se planea alcanzar libre movimiento de mercancías, capitales, tecnologías y servicios), reviste importancia también la integración en el ámbito de la Defensa. En la cumbre celebrada en junio pasado en Shanghai se aprobó el programa de cooperación en la lucha contra el terrorismo, el separatismo y el extremismo para los años 2007-2009. A finales de septiembre, en Pekín, durante la reunión del Consejo Regional Antiterrorista de la OCSh se confirmó que los seis Estados se habían unido no sólo para promover la cooperación económica sino también para garantizar su seguridad y cumplir tareas geopolíticas.
La integración militar y una activa línea geopolítica de la OCSh ya asustaron a EE.UU. No hace mucho, el subsecretario de Estado para Asia Central y del Sur, Richard Boucher, en nombre de la Administración de George Bush exhortó a la OCSh a renunciar a las declaraciones geopolíticas y centrarse en la economía.
A menudo, Washington aplica su política hacia la OCSh a través de una supuesta ayuda amistosa a las ex repúblicas soviéticas miembros de la OCSh.
Por ejemplo, Kazajstán acepta gustosamente la ayuda norteamericana destinada a la modernización de sus Fuerzas Armadas. En 2005, Washington asignó a Kazajstán $30 millones, lo que en aquel momento equivalía al 7% del presupuesto militar kazajo. A comienzos del año en curso fue suscrito el plan de acciones bilaterales en el marco de la asociación entre Kazajstán y la OTAN.
Es ambigua asimismo la postura de Kirguizistán. Es el único de los países de la OCSh en cuyo territorio está emplazada una base aérea norteamericana (Gansi). La suma del alquiler anual de ésta todavía no se ha dado a conocer, pero, según algunas fuentes, podría totalizar unos $200 millones, lo que representa el 10% del producto interno bruto de Kirguizistán. Desde luego que ni a Rusia ni a China les agrada tal amistad.
La OCSh y EE.UU. y, en cierto sentido, también la OTAN, de facto ya pueden considerarse como rivales geopolíticos en Asia Central.
