Moscú, 31 de enero, RIA Novosti. El resultado de las elecciones presidenciales en Turkmenistán, convocadas para el 11 de febrero está prácticamente predeterminado, de eso no cabe la menor duda en ningún país del mundo. El nuevo mandatario de este Estado de Asia Central, el más rico en recursos energéticos de la región, sería el presidente interino del país, Gurbanguli Berdimujammedov, de 49 años, ex correligionario del difunto líder Saparmurat Niyazov.
Los analistas internacionales esperan que el actual presidente en funciones mantendrá el estatus neutral de su país y no desviará el vector de su política exterior. Por su parte Moscú estaría sumamente interesado en desarrollar la cooperación técnica y militar con Ashjabad.
Turkmenistán se podría permitir el lujo de cualquier material bélico, pero al difunto "padre de la nación turkmena" simplemente no le hacía falta. "El ejército trabajador" de Niyazov, que se ejercitaba mayoritariamente en la recosecha de campos y en trabajos en plantas industriales, se daba por satisfecho con los ex arsenales de la URSS, que se habían quedado en el territorio de Turkmenistán tras el derrumbe de la Unión Soviética. Se trata, según varios datos, de unos 700 tanques T-72, cerca de 800 carros de combate, unos 900 transportes acorazados, 550 piezas de artillería y morteros, así como de unos 300 aviones, de los cuales 90 aparatos siguen siendo capaces de volar (MiG-29, SU-17, SU-25, MiG-23 y MiG-25) y 20 helicópteros (Mi-24 y Mi-8).
Para un país neutral es un arsenal más que suficiente. El único problema presenta la Marina de Guerra, cosa que no había tenido esta ex república soviética, mientras que Kazajstán y Azerbaiján siguen potenciando sus flotas en el Caspio. Hoy por hoy Turkmenistán dispone en este mar-lago sólo de unas cuantas lanchas adquiridas a Ucrania: Grif-T, dotadas de ametralladoras, cañones de 30 mm y lanzatorpedos, Kalkan-M (ametralladoras de gran calibre), así como de varias embarcaciones de procedencia norteamericana e iraní. Es poca armada, mientras que Turkmenistán sí que tiene necesidad de proteger sus yacimientos de petróleo y de gas, puesto que ya han surgido disputas con Azerbaiyán al respecto. Otro problema de este tipo es que hasta ahora los cinco Estados del Caspio no han llegado a un acuerdo sobre el estatus jurídico de este mar.
Dicho sea de otro modo, se vislumbran otras perspectivas de cooperación ruso-turkmena, aparte del área energética, y queda por esperar cómo se comportaría ante tal perspectiva el nuevo presidente de Turkmenistán.
