Roma, 10 de abril, RIA Novosti. Al primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, le salieron lágrimas durante la misa fúnebre que en honor a las víctimas del devastador terremoto en la región de Abruzzo ofició hoy en la ciudad de L´Aquila el cardinal Tarcisio Bertone, secretario de Estado del Vaticano, informó el corresponsal de RIA Novosti.
Contrariamente al protocolo, Berlusconi estuvo parado durante toda la misa entre los habitantes de Abruzzo y los socorristas, y sólo al final de la ceremonia ocupó su lugar entre los dirigentes de Italia.
Anteriormente, el primer ministro recorrió la hilera de los familiares de las víctimas mortales, los que estaban rezando al lado de los 205 ataúdes puestos en una plaza de L´Aquila, intentado encontrar palabras de consuelo para ellos. Se notaba que el primer ministro estaba muy emocionado.
Al recibir la noticia del terremoto el lunes pasado, Berlusconi arribó a la región de Abruzzo, donde lo calificó como "una tragedia sin precedentes de los últimos tiempos" y tomó varias decisiones.
El primer ministro suspendió su visita a Rusia que estaba fijada para el lunes y el martes de esta semana. (Según información de que dispone RIA Novosti, su encuentro con los dirigentes rusos se realizará en los próximos tiempos).
A lo largo de toda la semana Berlusconi llegaba en helicóptero a diario a Abruzzi, para controlar la situación en persona y tener el cuadro completo de las obras de socorrismo. Él reconoció que los últimos días estaba pensando sólo en las consecuencias que dejó tras sí la calamidad natural.
En la ceremonia fúnebre celebrada en L´Aquila participaron unas cinco mil personas, incluidos 1.600 familiares y amigos de los perecidos.
