La gira de Chávez por Rusia, Ucrania y Bielorrusia y las elecciones en Venezuela en 2012

© RIA Novosti . Sergei KirkachArmando Pérez
Armando Pérez - Sputnik Mundo
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La reciente gira del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, por Rusia, Ucrania y Bielorrusia, en la que concertó acuerdos económicos y de fomento notables, debe allanar el camino del líder bolivariano a la reelección en 2012.

La reciente gira del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, por Rusia, Ucrania y Bielorrusia, en la que  concertó acuerdos económicos y de fomento notables, debe allanar el camino del líder bolivariano a la reelección en 2012.

Antes del viaje, en junio, Chávez anticipó pasos tácticos al encargar a su embajador en Moscú presentar cartas credenciales a los presidentes de Osetia del Sur y Abjasia y establecer relaciones diplomáticas con los nuevos estados aparecidos en el Cáucaso.
 
Ese gesto, evidentemente político, tuvo el efecto esperado en Rusia, y el presidente Dmitri Medvédev resaltó el suceso con los elogios más altos.

"Venezuela prometió hacerlo y después, efectivamente, cumplió con su palabra y reconoció la independencia de Abjasia y Osetia del Sur, así es como se comportan los verdaderos amigos", dijo Medvédev tras reunirse con Chávez en el Kremlin.

Es decir, al valorar las buenas relaciones, Rusia distingue países socios, países aliados y países amigos, y esta última distinción, la más exclusiva, está reservada exclusivamente a aquellos que reconozcan la independencia de Abjasia y Osetia del Sur.

Porque al reconocer la soberanía de estas repúblicas, Moscú puso en juego su prestigio internacional como país influyente al menos en la zona del espacio postsoviético.

Esas dos repúblicas cuya población y extensión es mucho menor que muchas de las provincias rusas suponen el único obstáculo insalvable que impide la completa normalización de las relaciones entre Rusia y Estados Unidos y Rusia y la OTAN.

Por eso, el gesto de Chávez de alinearse con Rusia en ese asunto tuvo  un valor especial para el Kremlin,  lo que confirió un ambiente propicio a las negociaciones ruso venezolanas.

Al evaluar los resultados la parte rusa resaltó la construcción de la primera planta nuclear en el territorio venezolano y la explotación de campos petroleros por parte de un cartel de petroleras rusas.

Mientras, la parte venezolana destacó la venta a Moscú de una refinería en Alemania y otros activos de multinacionales extranjeras. En especial, la refinería Ruhr Oil, propiedad conjunta de la British Petroleum (BP) y la corporación estatal Petróleos de Venezuela S.A (PDVSA).

La rusa Rosneft, la mayor petrolera de Rusia anunció su disposición de pagar hasta 1.800 millones de dólares por las acciones de la PDVSA en la refinería alemana.

Además, Chávez anunció que a corto plazo en el mercado ruso aparecerá, chocolate, bananos, mermeladas y otros productos de alta calidad producidos por el agro venezolano.

Ambos presidentes coincidieron en afirmar que los acuerdos suscritos tendrán proyección en la población de ambos países, sobre todo si constructoras moscovitas emprenden la construcción de un bloque de 10.000 viviendas en el distrito de Fuerte Tiurna de Caracas.

En la quinta visita de Chávez a Bielorrusia y su encuentro con su colega bielorruso, Alexandr Lukashenko el tema central fue el petróleo venezolano indispensable para alimentar las refinerías bielorrusas en crisis porque Lukashenko renunció a los suministros del crudo ruso.

En Minsk, Chávez dijo que su país puede abastecer de petróleo a sus amigos bielorrusos durante los próximos 200 años y subrayó que los suministros pueden aumentar a 10 millones de toneladas anuales de crudo.

Otros acuerdos bielorruso-venezolanos incluyeron la construcción de un bloque de 4.000 viviendas en la localidad de Marcay, en el estado de Aragua y la creación de empresas mixtas para la fabricación de autobuses y camiones.

A pesar de los esfuerzos para mostrar lo contrario, la primera vista de Chávez a Ucrania tuvo connotaciones netamente políticas.

El ocaso de la Revolución Naranja y el arribo al poder de Víctor Yanukóvich permitieron a Chávez explorar las posibilidades de cooperación con Ucrania que también tiene una industria militar, maquinaria industrial y aviación de probable interés para los venezolanos por su bajo costo.

Para comenzar, los presidentes acordaron la apertura de embajadas en Kiev y Caracas y a partir de allí, impulsar las relaciones y la cooperación a todos los frentes.

Al comentar la gira del líder venezolano por los países eslavos, expertos en Moscú opinaron que si bien los acuerdos firmados en Moscú son viables,  los documentos rubricados en Minsk y Kiev no son más que declaraciones de intención que tardarán mucho tiempo en madurar.

En Ucrania porque hay que comenzar desde cero con la implementación de los mecanismos de consulta intergubernamental, la creación del andamiaje de tratados bilaterales, homologación jurídica, y otros instrumentos de interacción.

Y en Bielorrusia, porque la rentabilidad de muchos de sus proyectos, en particular el energético es muy complicado demostrar.

Para algunos diarios moscovitas, el reciente periplo de Chávez que incluyó además a Irán, Siria, Argelia y Portugal tiene muchos indicios de campaña electoral.

Y andaban muy cerca, a juzgar por una de las tantas declaraciones que hizo a la prensa el presidente venezolano durante su permanencia en Moscú.

“Hemos firmado un plan de acción estratégico 2010-2014, lo cual le dije a Dmitri, que nos obliga a ganar las elecciones, aquí hay elecciones presidenciales en el 2012, allá hay elecciones presidenciales al final del mismo 2012. Así que estamos comprometidos a seguir triunfando y a seguir abriendo los caminos del futuro”, dijo Chávez en una entrevista a la edición en español de cadena de televisión rusa RussiaToday.

Y no obstante, los medios de prensa no pudieron pasar por alto el aspecto militar que siempre han marcado las anteriores visitas del líder venezolano por estas latitudes, sobre todo, por el tono de ciertas declaraciones hechas por los mismos políticos al más alto nivel.

El primer ministro ruso, Vladímir Putin, al concluir un encuentro con Chávez en Moscú, dijo que Venezuela comprará 35 carros de combate y que la cooperación técnico militar entre ambos países marcha viento en popa.

Y aunque hasta el momento Moscú no haya hecho ninguna oferta oficial a Venezuela, Chávez declaró  en Minsk que su gobierno podría comprar los sistemas de defensa antiaéreo S-300 que Moscú no le vendió  a Irán.

Al explicar para qué necesita América Latina, armamento que tanto  miedo inspira a EEUU e Israel,  Chávez dijo que en el hemisferio latinoamericano la compra de armas ha recuperado su vigencia sobre todos después de los intentos de golpes de estado en Bolivia, Honduras y recientemente contra el presidente de Ecuador, Rafael Correa.

Las declaraciones de Chávez sobre los S-300 tuvieron el efecto de una bomba y algunos especialistas denunciaron los planes satánicos del presidente venezolano de comprar los famosos misiles para después entregárselos a Irán.

Otros, perfilaron la perspectiva de un Chávez imbatible con planes de desatar una avalancha incontenible de revoluciones bolivarianas desde Yucatán hasta la Patagonia.

En resumen, una escalada de histeria, elemento valioso para enardecer el colorido de cualquier campaña electoral, sobre todo las legislativas de noviembre en EEUU,  y poner en guardia la población de muchos países, pero muy perjudicial para la opinión pública sensata y sosegada.
 

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