El presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, y sus homólogos de 28 países miembros de la OTAN se darán cita este sábado en Lisboa en la cumbre del Consejo Rusia-OTAN, reunión que se celebra tras un prolongado período de enfriamiento que siguió a la guerra de 2008 en el Cáucaso y en la que ambas partes esperan dar un impulso a sus relaciones.
El presidente de EEUU, Barack Obama, anunció la víspera que la cumbre de hoy podrá “reiniciar las relaciones entre la OTAN y Rusia” y “abrirá las puertas a la cooperación en todo un conjunto de cuestiones concernientes a la seguridad”.
Representantes del Kremlin también manifestaron la confianza de que será un encuentro de gran contenido. Serguei Prijodko, asesor del mandatario ruso para asuntos internacionales, dijo que la cumbre “va a reafirmar al Consejo Rusia-OTAN como importante canal para debatir las cuestiones clave de seguridad, incluidas las más difíciles que siguen siendo objeto de discrepancias, independientemente de las condiciones del tiempo políticas”.
Prijodko reconoció que la OTAN “desea prestar oído a lo que dice Rusia” y resaltó la importancia de que la cumbre aclare la futura cooperación de la Alianza con otros organismos internacionales.
El secretario general de la OTAN, Anders Vogh Rasmussen, afirmó en declaraciones a RIA Novosti que busca “una cooperación práctica más amplia”, en particular, en lo relativo a la seguridad en Afganistán, la lucha contra el terrorismo, el narcotráfico y la piratería, así como la defensa antimisil.
