La resurrección de Dominique Strauss-Kahn

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La pregunta del millón es quién será el primero en llevar a la pantalla grande las “pasiones” del ex director gerente del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kahn.

La pregunta del millón es quién será el primero en llevar a la pantalla grande las “pasiones” del ex director gerente del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kahn. El proceso judicial que protagoniza da unas giros tan inesperados que merecen la atención de Hollywood. La acusación se va desmoronando y se hace cada vez más evidente que será muy, pero muy difícil probar la denuncia de la camarera del neoyorquino hotel Sofitel.


El mismo Strauss-Kahn pasó un estupendo fin de semana: el 1 de julio fue levantado el arresto domiciliario lo que el político galo celebró en un restaurante de lujo como si en eso el incidente se hubiera liquidado. Entretanto, durante toda la semana, los franceses estuvieron agitados: en el país sólo se habla de los nuevos giros en el caso del ex director gerente del FMI y una destacada figura política.


Parece que se trata de un perfecto drama judicial de suspense: mentiras bajo el juramento, traficantes de droga, los misteriosos 100 mil dólares que supuestamente habían sido transferidos a la cuenta de la camarera en los últimos dos años. Se insinua un complot y una trampa. Se sugiere que la presunta víctima, una inmigrante guineana, mintió a las autoridades estadounidenses cuando, hace varios años, pedía asilo político en EE.UU.

Además, la guineana se contradijo en las declaraciones después de la “violación” y no puede ser considerada un testigo fidedigno. Y tampoco hay otros. 


Los jurados en Estados Unidos no suelen dar crédito a las alegaciones de una persona anteriormente pillada en la mentira. Los abogados de Strauss-Kahn ya tienen preparada esta carta, que tendrá que ser aceptada por la parte acusadora ya que la camarera no está del todo libre de sospechas. El caso contra el político francés está, por lo tanto, a punto de derrumbarse.

Las capas protectoras de Strauss-Kahn


No obstante, nadie se atrevería a predecir cómo acabará todo. Porque puede pasar cualquier cosa. Strauss-Kahn puede incluso llegar a ser presidente de Francia. Lo único que no puede hacer es volver al FMI que ya tiene una nueva jefa, Christine Lagarde. Todo lo demás es posible.


La epopeya neoyorquina del galo está bien descrita. Mucho más intrigante es lo que le espera en su país. Y si DSK (así es llamado Dominique Strauss-Kahn) tiene las suficientes capas protectoras para, además de la posible rehabilitación judicial, conseguir también la política.


Es la segunda vez que el ex director del FMI provoca turbulencias en la política francesa. La primera fue el 14 de mayo cuando le detuvieron, la segunda ahora, cuando le pusieron en libertad.


No es, desde luego, una libertad plena e incondicional, no significa suspensión del juicio o absolucióm. Pero todo apunta hacia este desenlace.
Francia está devidida en dos partes caqsi iguales. Una de ellas (49%) considera que DSK, al ser absuelto, tiene que volver a la política, mientras la otra (45%) está segura de que su carrera como político está acabada.

Sufrimientos de los socialistas franceses


Ahora todo depende de la Justicia estadounidense y los socialistas franceses. La próxima audiencia está fijada para el 18 de julio. Y el 12 de julio en Francia es el último plazo de presentar candidaturas del Partido Socialista para las elecciones primarias de octubre que determinarán candidatos a la presidencia para los comicios en primavera de 2012.


Uno de los posibles candidatos oficiales, ex primer secretario del Partido Socialista, François Hollande (el candidato más popular, según encuestas) ya declaró que no ve ningún problema para aplazar la fecha final de la presentación de candidaturas, por ejemplo, hasta agosto, cuando ya se haya conocido el fallo del tribunal de Nueva York.


La líder actual de los socialistas franceses, Martine Aubry, que también va a participar en las elecciones, se ha visto en una situación incómoda. No esperar el veridicto sobre el caso de DSK significa abandonar al compañero de partido que tal vez no sea culpable. Esperarlo tampoco es una decisión evidente: a ver si el tribunal declara a Strauss-Kahn culpable de algo.


 Además, apoyar al pobre DSK puede resultar peligroso para los socialistas ya que posiblemente les hará perder el sector femenino del electorado. Lo más seguro es que las mujeres francesas sienten ahora adversión hacia Strauss-Kahn que ya gozaba de fama de mujeriego, sexista y un tipo amoral. Aun si se retira parte de las acusaciones, por ejemplo, la del intento de violación, es poco probable que DSK se rehabilite por completo a los ojos de la parte femenina de la población del país. 


Después de todo, los abogados del ex director del FMI no niegan que en su habitación del hotel hubiera tenido lugar el acto sexual. Las organizaciones feministas de Francia ya se han movilizado y han exhortado a las francesas a luchar con más fuerzas contra la discriminaciuón de género en la política nacional. Apoyar la candidatura de Strauss-Kahn en estas circunstacias significaría hacer caso omiso de la opinión del segmento femenino del electorado.


Y es que los socialistas ya se hicieron a la idea de que habían perdido a Dominique cuando se conoció la “buena” nueva que en el partido prefererían no conocer.


Mientras tanto los partidarios de Nikolas Sarkozy no creen en la rehabilitación completa de Strauss-Kahn. Y su regreso a Francia absuelto y con la cabeza alta no les asusta. ¿Cómo les iba a asustar un recién procesado? Por un lado, es optimismo infundado, pero por el otro, una simple lógica. Según dijo un alto cargo de la administración de Sarkozy, “los franceses comprendieron que es un playboy, no quieren recibir otro Berlusconi”.


La alusión a los “ejercicios sexuales” del primer ministro italiano está muy clara. Los franceses no querrán a “otro Berlusconi” pero tampoco a Nikolas Sarkozy para la segunda legislatura. Su popularidad, que cayó en picado, no puede bajar más.


Para los partidarios convencidos de DSK él es un héroe y víctima inocente de las intrigas políticas estadounidenses, de su antipatía hacia los europeos en general y los franceses en particular, del sistema judicial perverso de Estados Unidos y del abuso fiscal y policial en este país. No es un galardón, desde luego, pero sí una especie de la “marca de calidad” europea que da muchos puntos a favor en casa, en las tierra europeas.


Sólo hace falta esperar un poco para empezar a redactar el guión de la película “El caso de Strauss-Kahn”.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE OBLIGATORIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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