Uno de los observadores de la Liga Árabe, Anwar Malek, declaró que en Siria continúan las represiones de las protestas populares, informaron hoy agencias que citan a la cadena de televisión qatarí Al Jazeera.
"Los tanques no han sido retirados de las ciudades. Simplemente permanecen ocultos y fueron trasladados a otros lugares", comentó Malek.
Dijo que los francotiradores siguen disparando a la población, continúan los secuestros y los reclusos son sometidos a torturas al igual que antes.
Señaló que las personas que aparecen en la televisión afirmando haber sido liberados de la cárcel son simples transeúntes que mienten porque "nadie recobra libertad".
"La misión es una farsa y los observadores han sido engañados", expresó Malek al calificar de catástrofe humanitaria la situación en Siria.
El presidente sirio, Bashar Asad, afirma que esta situación se debe a una "conspiración exterior" y que la Liga Árabe no hace más que escindir a la sociedad siria.
El 4 de octubre pasado, Rusia y China vetaron en el Consejo de Seguridad de la ONU un anteproyecto de resolución sobre Siria elaborado por Reino Unido, Francia, Alemania y Portugal. El documento preveía sanciones en caso de proseguir las autoridades sirias con las represiones. El anteproyecto no contenía cláusula alguna sobre la inadmisibilidad de una intervención militar externa.
En opinión de Moscú, esto podía hacer que se repitiera el "guión libio" en Siria y se menoscabara el prestigio del Consejo de Seguridad de la ONU.
La Liga Árabe desplegó en Siria una misión de 165 observadores que iniciaron su labor el pasado 26 de diciembre. El monitoreo de la situación en Siria es parte de un plan de la Liga Árabe orientado a lograr el cese del derramamiento de sangre y crear condiciones para el comienzo del diálogo entre las autoridades y la oposición.
Según estimaciones de la ONU, más de 5.000 personas murieron en Siria desde marzo pasado a raíz de los choques entre las fuerzas gubernamentales y los manifestantes que exigen la dimisión del presidente Asad.
