La sonda interplanetaria rusa Fobos-Grunt concluyó anoche su fallida misión al entrar en las capas densas de la atmósfera terrestre; su caída, cuya hora y lugar exactos continúan siendo una incógnita, por ahora pone fin al sueño de los investigadores rusos y europeos de un primer acercamiento a satélites de Marte.
Durante toda la jornada del pasado domingo, desde agencias espaciales a astrónomos aficionados estuvieron publicando sus estimaciones de hora y lugar posibles de la caída.
Así, la agencia rusa Roscosmos situó la zona probable del impacto en la parte central del Atlántico, mientras que el astrónomo aficionado alemán Harro Zimmer predijo que la sonda entraría en la atmósfera sobre el noreste de Brasil, en el estado de Piauí.
Las previsiones coincidieron en un dato: Fobos caería antes de terminar el domingo, tal como sucedió finalmente. No obstante, la hora y el lugar exactos de la caída continúan siendo un misterio, y lo que hay es una gran disparidad de informaciones sobre los mismos.
Según un portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia, la caída se produjo a las 17:45 GMT en el Pacífico, concretamente a 1.250 kilómetros al oeste de la isla chilena de Wellington, información que fue confirmada por otra fuente de las fuerzas de seguridad rusas.
Por su parte, una fuente del sector espacial ruso declaró a RIA Novosti que los restos de la sonda cayeron en el estado brasileño de Goiás.
La agencia espacial rusa Roscosmos sigue sin ofrecer datos oficiales al respecto. Tras las primeras informaciones sobre la caída, su página web funcionó con interrupciones, aunque posteriormente recuperó la normalidad.
Expertos de la Agencia Espacial Europea (ESA) reconocieron que no disponen de información al respecto y que esperan datos de sus colegas estadounidenses. A su vez, desde el Ejército de EEUU se confirmó el hecho de la caída de Fobos, aunque sin ofrecer dato alguno sobre la zona donde pudo producirse.
Fobos-Grunt fue la primera sonda interplanetaria rusa lanzada en los últimos 15 años. Tras despegar el pasado 9 de noviembre desde la base de Baikonur, no pudo tomar rumbo a su destino, Marte, debido a un fallo en los motores y quedó orbitando la Tierra.
De haber sido un éxito, el proyecto habría devuelto a Rusia el liderato mundial de estudios interplanetarios, ya que se trataba de la primera misión a satélites de Marte para explorarlos y traer muestras de su suelo a la Tierra.
El revés de Fobos-Grunt continuó la mala racha de las misiones rusas al “planeta rojo”. La Unión Soviética empezó a trabajar en sondas para explorar Marte aún en 1959 y envió las primeras de ellas rumbo a su destino ya en 1960, cuatro año antes de que hiciera lo propio Estados Unidos.
No obstante, sólo cinco de las 17 misiones lograron un relativo éxito, mientras que otras ocho resultaron en un fracaso aún durante el lanzamiento o poco después de éste, como sucedió con la anterior sonda rusa Mars-96 que terminó en el mar tras su lanzamiento en noviembre de 1996 debido a un fallo en la unidad de aceleración.
Anteriormente, el director de Roscosmos, Vladímir Popovkin, anunció que la entidad estudia desarrollar una nueva sonda interplanetaria o participar en el proyecto europeo ExoMars, algo que deberá decidir definitivamente antes del próximo mes de febrero.
