Rusia respalda la investigación del tráfico de órganos en Kosovo

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Rusia hará todo lo posible para que la investigación sobre la presunta implicación de las autoridades de Kosovo en el tráfico ilegal de órganos humanos llegue a su final.

Rusia hará todo lo posible para que la investigación sobre la presunta implicación de las autoridades de Kosovo en el tráfico ilegal de órganos humanos llegue a su final.

Así lo declaró el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, durante la rueda de prensa sobre la diplomacia rusa en 2011 el pasado 18 de enero. Aunque las capacidades de Moscú son limitadas en este ámbito, su participación eleva el asunto del nivel europeo (la investigación se llevan a cabo por los organismos de la UE) al nivel internacional.

Además, entre las víctimas de tráfico de órganos en Kosovo figuran ciudadanos rusos. Según informó un representante del Comité de Instrucción de la Fiscalía rusa, Vladimir Markin, Moscú dispone de declaraciones de dos rusos a los que en 2008 les sustrajeron ilegalmente riñones en Pristina. Les ofrecieron una gran recompensa de decenas de miles de euros, pero los donantes nunca llegaron a percibirla. Según se reveló, potenciales donantes de órganos eran captados en países de Europa del Este y Asia Central, como Turquía, Kazajstán, Moldavia o Azerbaiyán.

La misión policial de la Unión Europea en Kosovo, EULEX, esperaba recibir los documentos al respecto durante la semana pasada, pero su entrega se ha pospuesto.

Red criminal internacional por el tráfico de órganos humanos

Se trata del llamado ‘caso Medicus’, una clínica en Pristina implicada en el escándalo que se suscitó en 2008 tras la publicación del libro de la ex fiscal del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia, Carla del Ponte. En otoño del año pasado, comenzó el proceso judicial. Al mismo tiempo la misión EULEX envió a Albania a un fiscal, John Clint Williamson, para investigar denuncias del senador suizo y diputado de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (PACE), Dick Marty, sobre una presunta red de tráfico de órganos humanos que habría funcionado en Kosovo y Albania a finales de los noventa.

La PACE aprobó en enero de 2011 una resolución especial sobre este documento y exhortó a abrir una investigación, de lo que se encargó la misión EULEX. El próximo 25 de enero se cumple un año desde la aprobación oficial del informe de Marty, presentado en 2010, por la PACE. Y el 25 y 26 de enero del año en curso la Asamblea prevé celebrar las audiencias sobre el transcurso de la investigación que, según se espera, continuará durante varios meses. Las declaraciones de los ciudadanos rusos serán muy relevantes, porque es muy difícil encontrar a testigos en Kosovo.

Durante el conflicto albano-kosovar entre 1998 y 1999, se secuestraron prisioneros serbios y se trasladaron a Albania, a las bases especiales del Ejército de Liberación de Kosovo (UCK), que luchaba contra Serbia, para la sustracción ilegal de órganos.

En su informe Dick Marty denunció el secuestro en 1999 de 300 serbios de Kosovo. Los propios serbios afirman que su número ascendía a 2.000. En los noventa todo era ya del dominio público, contado de primera mano por los mismos refugiados serbios y la prensa nacional.

Los periódicos de EEUU y Gran Bretaña también informaban sobre los casos de tráfico ilegal de órganos en Kosovo, pero en aquella época Occidente preparaba la independencia de Kosovo, proclamada en febrero de 2008, y se prefirió pasar por alto tales denuncias.

En los noventa y en en la primera década de este siglo parecía estar bien visto no fiarse demasiado de los serbios, sosteniendo así su imagen demoníaca, los “grandes villanos de los Balcanes”.

Además, el informe de Marty reveló la presunta implicación en la red criminal del actual Gobierno de Kosovo, incluido su primer ministro, Hashim Thaci, ex líder del UCK.

Dick Marty estuvo dos años redactando el informe junto con un grupo de expertos. En términos generales, en los materiales reunidos por Marty no hay muchos datos nuevos, lo único que se ha hecho ha sido reunir en un sumario los hechos y testimonios sobre la actividad de la mafia kosovar y albanesa, así como del propio UCK durante la época de revueltas en el territorio de la antigua Yugoslavia.

Thaci, según ha revelado Marty, era considerado en los informes de la CIA y del FBI de 1999  como uno de los capos más crueles y peligrosos de Kosovo. Ya desde mediados de los años noventa, al menos cinco departamentos para la lucha contra el tráfico de drogas en Europa y Estados Unidos estaban al tanto de que Thaci y los miembros del ‘grupo de Drenica’, el clan más poderoso y despiadado del UÇK, controlaban mediante asesinatos, torturas y extorsiones todo el comercio de heroína y otras drogas en Kosovo y el norte de Albania.

Los acontecimientos de los noventa y el “caso Medicus” están directamente vinculados. Además, se puso en evidencia que las actividades ilegales de extirpación de órganos humanos prosiguieron sin impedimento alguno hasta 2008.

Todo salió a la luz por pura casualidad: en el aeropuerto de Pristina se desmayó un turco y al hacerle el reconocimiento médico se descubrió un esparadrapo en la zona del abdomen que cubría una cicatriz por la extracción del riñón.

La ex fiscal de la Corte penal internacional para la antigua Yugoslavia entre 1999 y 2007, Carla del Ponte, también estaba al corriente. A principios de 2008, ella publicó un libro, ‘La Caza: los criminales de guerra y yo’ que posteriormente fue traducida al inglés y al francés. En sus páginas describe los escabrosos episodios de robo de órganos a presos serbios en Kosovo para ser vendidos al Occidente.

Carla del Ponte asegura no haber podido hacer mucho porque resultaba extremadamente difícil buscar evidencias en Kosovo, donde los criminales se encubrían mutuamente y los testigos estaban intimidados. Incluso, según cree la ex fiscal, algunos jueces del tribunal de La Haya han tenido miedo de los albaneses. En el libro se dice literalmente: “Creo que algunos jueces del tribunal para la antigua Yugoslavia tenían miedo de la posible venganza albanesa”.

El pasado 11 de enero, la principal figura del ‘caso Medicus’, médico turco Yusuf Ercin Sonmez, conocido como ‘doctor Frankenstein’ y buscado por Interpol como sospechoso de participar en el tráfico de órganos humanos y trasplantes ilegales en Azerbaiyán y Kosovo, fue arrestado en Estambul.

A finales de los noventa, Sonmez fue detenido en varias ocasiones en Turquía por sospechas de  venta ilegal de órganos humanos. El nombre de Sonmez apareció también en un proceso de contrabando de órganos organizado en Azerbaiyán. Pero el médico no se escondía y llegó a Estambul de Bakú “para visitar su familia”.

La legislación de Kosovo prohibe a las clínicas privadas a hacer operaciones de trasplante de órganos. Además, todas las operaciones ilegales se llevaron a cabo en la época en la que Kosovo se encontraba bajo el protectorado de la ONU y los funcionarios de la misión de establecida en 1999 y sustituida por EULEX en 2008 tomaron la responsabilidad de garantizar la paz en Kosovo, incluido el control de todos los organismos de orden público.

Pero la clínica Medicus tuvo un estatus especial. Estuvo bajo el protectorado del Ministerio de Salud de Kosovo.

La clínica no experimentaba dificultades con recibir licencias para las operaciones. Mientras tanto, se adquirían órganos a gente pobre de Moldavia, Kazajstán, Rusia y Turquía con la promesa de una recompensa de 15.000 o hasta 20.000 mil dólares que nunca percibieron y los trasplantaban a clientes de Canadá, Alemania, Polonia, EEUU e Israel, cobrando unos 80.000 o incluso 100.000 dólares. Durante un año se hacía hasta 30 operaciones en Medicus.

Se puede descubrir la verdad en Kosovo?


En 2001, las autoridades de Serbia entregaron al Tribunal de la Haya la lista de sitios de enterramientos masivos de los serbios y las direcciones de prisiones secretas en el territorio de Kosovo y norte de Albania, junto con las listas de los desaparecidos. Pero no se ha hecho nada al respecto.

Tampoco es difícil predecir los resultados con los que finalizará la investigación de John Clint Williamson sobre el informe de Marty.

Kosovo es un Estado fuera de lo común. Las leyes, en su interpretación europea, se cumplen sólo por la misión EULEX en Pristina. Todas las demás normas se aplican bajo el control de las autoridades locales y fuerzas de seguridad creadas a partir del Ejército de Liberación de Kosovo.

Muchos testigos del ‘caso Medicus’ han desaparecido.

Es curioso que la comisión encabezada por John Clint Williamson no esté investigando el caso en el propio Kosovo, donde tuvieron lugar los crímenes, sino desde Bruselas. Williamson ha hecho una sola visita a Serbia, Kosovo y Albania. Parece Carla del Ponte tiene razón escribiendo en su libro que los fiscales deberían estar más lejos de Kosovo.

A juicio de todos, los resultados de la investigación de Williamson no confirmarán los hechos denunciados en el informe. Los centros y clínicas clandestinos de los noventa han sido destruidos por los albaneses y kosovares hace ya mucho. Es difícil encontrar a testigos. Además, no estaría bien poner en evidencia que tras el conflicto de 1999 en Kosovo llegó al poder una mafia que encubría el tráfico de drogas, armamento y el secuestro de personas.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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