Moscú apoya al nombramiento del ex secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, como enviado especial de la ONU y la Liga Árabe para la crisis siria, declaró el portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, Alexandr Lukashevich.
“Contamos con que la gestión de este prestigioso político contribuya a resolver los graves problemas políticos y humanitarios de Siria sobre la base de la colaboración con todas las partes y en pro de una solución pacífica a través del diálogo político íntegro entre el Gobierno sirio y la oposición”, señaló Lukashevich.
Según el diplomático ruso, teniendo en cuenta el mandato de Annan, Rusia estará dispuesta a una colaboración estrecha con él para buscar formas de lograr esos objetivos que sean de común aceptación.
El portavoz de la cancillería rusa subrayó que Moscú está muy preocupado por los incesantes enfrentamientos entre las tropas gubernamentales y los grupos armados que tienen lugar en varias localidades sirias, en primer lugar en Homs, y que hacen aumentar el número de víctimas entre la población civil y los periodistas extranjeros.
“Consideramos necesario un esfuerzo urgente para el fin inmediato de cualquier violencia que se cobra vidas inocentes. Instamos al Gobierno sirio, a los grupos armados y a quienes puedan ejercer influencia sobre éstos que emprendan de inmediato los pasos necesarios para impedir el empeoramiento de la situación humanitaria y aliviarla”, indicó Lukashevich.
Según resaltó, la prioridad deben ser un “alto el fuego inmediato y mutuo para trasladar a heridos y afectados fuera de Homs” y medidas para prestar asistencia humanitaria a la población.
Kofi Annan fue nombrado este viernes por el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, como enviado especial de la ONU y la Liga Árabe para Siria.
Desde mediados de marzo de 2011, Siria es escenario de violentos choques entre la oposición y las fuerzas gubernamentales que, según datos de la ONU, se han cobrado más de 5.000 vidas humanas.
Por su parte, el Gobierno sirio reporta más de 2.000 muertos entre los soldados y policías que se enfrentan a milicias fuertemente armadas.
Ante el temor a posible intervención militar extranjera en Siria, Rusia y China bloquearon el pasado 4 de febrero en el Consejo de Seguridad una resolución contra Damasco. Ambos países ejercieron su derecho de veto por segunda vez en los últimos meses.
Apenas dos semanas después, la Asamblea General de la ONU aprobó por mayoría una declaración que condena la violencia del Gobierno sirio contra la oposición y apoya la petición de la Liga Árabe para la dimisión del presidente sirio, Bashar Asad.
