Los líderes de las ocho mayores economías del planeta se darán cita este viernes en Camp David, EEUU, aunque Rusia, por primera vez desde su ingreso en el G-8, no estará representada en la cumbre por el jefe del Estado, Vladímir Putin, sino por su predecesor en la presidencia y actual primer ministro Dmitri Medvédev.
La cumbre girará en torno a los temas más candentes del acontecer internacional, tales como el conflicto en Siria, los programas nucleares de Irán y Corea del Norte, la situación en Afganistán, la crisis económica, el problema de la seguridad energética y el calentamiento global. Rusia propuso debatir también la lucha contra el terrorismo internacional.
Al margen de la agenda general, Medvédev sostendrá encuentros informales con varios líderes extranjeros, entre ellos, el presidente estadounidense Barack Obama, con quien volverá a discutir el futuro de la defensa antimisil en Europa y la supresión de la enmienda Jackson-Vanik que obstruye el comercio entre Moscú y Washington desde la década de 1970.
En su nueva calidad de primer ministro, Medvédev afrontará un reto arduo: afianzar los resultados positivos del llamado “reinicio” de relaciones entre EEUU y Rusia que coincidió con el período de su presidencia. Algunos politólogos rusos consideran que no será el último foro internacional de importancia en el que Rusia estará representada por Medvédev, pues las funciones del primer ministro podrían a futuro incluir la supervisión parcial de los asuntos de política exterior, hasta ahora, prerrogativa del presidente.
La cumbre del G-8 se va a desarrollar el 18 y el 19 de mayo en Camp David, Maryland, la residencia campestre del presidente de EEUU. El encuentro empezará el viernes con una cena oficial mientras que la reunión principal está prevista para el sábado. Michael Froman, asesor del mandatario estadounidense y ‘sherpa’ de la cumbre, sugirió a los periodistas que no esperen al término del encuentro un comunicado de 50 folios.
Según él, los líderes del G-8 se reúnen básicamente para “sincronizar los relojes” sobre un amplio repertorio de problemas que demandan solución conjunta: del cambio climático y la seguridad alimentaria a la situación en Afganistán y la no proliferación nuclear.
También recordó que, después de finalizada la reunión, la mayoría de sus participantes se trasladará de Camp David a Chicago para asistir a la cumbre de la OTAN. Rusia declinó la invitación de participar en esta última cumbre debido a las discrepancias que mantiene con EEUU y la OTAN sobre el futuro escudo antimisil en Europa.
