Ningún incidente en las manifestaciones de la oposición rusa y pocos planes para el futuro

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La segunda acción de la oposición rusa denominada “Marcha de los Millones” transcurrió pacíficamente el domingo pasado en Moscú.

La segunda acción de la oposición rusa denominada “Marcha de los Millones” transcurrió pacíficamente el domingo pasado en Moscú.

O sea, no repitió el escenario de la anterior manifestación de protesta convocada el pasado 6 de mayo, que derivó en disturbios con decenas de heridos y más de 400 detenidos.

Las consignas y tácticas del movimiento de protesta en Rusia cambian

Según los politólogos, tanto la oposición como las autoridades están ante nuevas situaciones y desafíos que determinarán el desarrollo de la vida política en Rusia.

El pasado 12 de junio, día de la fiesta nacional de Rusia, en Moscú se celebraron varias acciones multidinarias, incluida la “Marcha de los Millones” convocada por la oposición rusa y el posterior mitin. Según los datos policiales, en la protesta de ayer participaron unos 18.000 manifestantes, lo que según los observadores es muestra de que el movimiento de protesta “se va extinguiendo” en Rusia.

La influencia de la nueva ley sobre mítines es ambigua Los observadores de la Cámara Pública y las autoridades de la capital destacaron que la segunda “Marcha de los Millones” había transcurrido sin incidentes ni acciones violentas por parte de los manifestantes y la policía, a diferencia de la anterior acción de protesta multidinaria celebrada el pasado 6 de mayo.

Según el director general de la Agencia de Comunicación Política y Económicas, Dmitri Orlov, esto se puede atribuir al hecho que poco antes de la celebración de la “Marcha de los Millones” entró en vigor la nueva ley que endurece la pena por violar las condiciones de la celebración de manifestaciones de protesta.

“Los organizadores asumen más responsabilidad por cumplir sus obligaciones y están interesados en una mayor cooperación con las fuerzas del orden público”, dijo Orlov a RIA Novosti. “En la Marcha participaba la gente más agresiva y había menos representantes de la clase media. Pero la agresividad de la muchedumbre no provocó los disturbios”, agregó.

Varios politólogos no quieren reconocer que la nueva ley ha apaciguado las pasiones. Según ellos, las recientes acciones de las autoridades rusas -la aprobación de las enmiendas a la ley sobre mítines y manifestaciones, los registros realizados en el domicilio de varios activistas del movimiento de protesta y su citación ante el Comité de Instruccion para ser sometidos a un interrogatorio en el mismo dia de la "Marcha de los Millones"– tuvieron el efecto contrario: consolidaron a los opositores, aunque no aumentaron su número.

“Los partidarios de grupos de la izquierda y de derecha, los nacionalistas y los que se pronuncian por la reforma del sistema educativo, lo que equivale a decir absolutamente todos, acudieron a la avenida Sájarov”, dijo el director del Centro de Ingeniería Política, Igor Bunin. “Se congregaron para demostrar que nada puede asustarles. Esto quiere decir que la idea de la aprobación de la nueva ley ha fracasado”, agregó.

Según los expertos, el número de los activistas del movimiento de protesta en Moscú llegó a un cierto límite y no logra crecer más, a pesar de que se observa un crecimiento de la tensión en las relaciones entre los opositores y las autoridades. Transcurrido un mes tras la acción opositora celebrada el pasado 6 de mayo y que derivó en disturbios, el movimiento de protesta volvió a convertirse en una manifestación pacífica que mezcla a representantes de diversas ideologías políticas con elementos del carnaval político.

“Lo que sucede hoy en día se parece a las acciones de protesta celebradas en invierno”, dijo ayer a RIA Novosti el presidente del Instituto de Estrategia Nacional, Mijail Remizov. “Creo que el papel decisivo en este ámbito no lo ha desempeñado la nueva ley sobre mítines sino la buena voluntad de las fuerzas del orden y los organizadores, ya que las manifestaciones de invierno se celebraron cuando la antigua ley estaba en vigor pero no registraron incidentes serios”, agregó

¿La oposición busca nuevas consignas?

Las acciones de protesta del invierno pasado se celebraron bajo el lema “Por unas elecciones limpias”. Tras los comicios presidenciales celebrados en marzo la situación en la vida política de la sociedad rusa ha cambiado y la oposición se ve obligada a buscar nuevas consignas capaces de congregar a los representantes de diversas ideologías políticas.

Según Dmitri Orlov, ahora los opositores hacen un intento de recurrir a los lemas y valores socialistas, aunque esto no se ha logrado todavía. Por eso el representante de extrema izquierda Serguei Udaltsov se hizo líder del movimiento de protesta, afirma el experto.

Los politólogos destacan que se han hecho más afines las posturas de la oposición radical (Udaltsov, Navalni, Yashin) y más moderada. Recordemos que los representantes de la Liga de los Electores y otros opositores moderados no participaron en el mitin convocado el pasado 6 de mayo. “Actualmente, gracias a las acciones de las autoridades, han desaparecido los límites entre los radicales y los opositores moderados. Los últimos se han hecho más radicales aunque no están dispuestos a asaltar el Kremlin, según dijo en cierta ocasión la activista de la oposición, la presentadora de televisión Ksenia Sobchak”, destaca Igor Bunin.

La consolidación de la oposición en respuesta a la presión por parte de las autoridades y sustentada por los ánimos anti-Putin permite convocar a miles de manifestantes y centra la atención de los medios de información. Por otro lado, esto le impide convertirse en una fuerza política independiente capaz de representar una alternativa real a Putin y el Gobierno actual, señala Mijail Rémizov.

Mientras que los liberales, nacionalistas, anarquistas y comunistas sigan “cociéndose en una olla anti-Putin”, no se debe esperar que aparezca un serio sujeto político”, dijo el politólogo. “Este debería congregar a la gente alrededor de un equipo capaz de actuar, con nuevos valores y nueva retórica. Parece que la oposición no está dispuesta todavía a cambiar de agenda y evolucionar hacia una seria fuerza política capaz de participar en las elecciones y luchar por el poder”, agregó.

Cada estrato de la oposición tiene sus propias relaciones con las autoridades

Es difícil imaginar hoy por hoy cómo se desarrollarán las relaciones entre las autoridades y la oposición. Pero esto depende de qué oposición se trate.

A pesar de la consolidación de los opositores observada últimamente, el movimiento de protesta es heterogéneo. Abarca por un lado a los que tienen intenciones de observar las reglas del sistema político actual, participar en las campañas electorales y registrar partidos políticos, y por otro a los que apuestan por continuar el movimiento de protesta en las calles.

Estos grupos de la oposición se orientan hacia líderes y prioridades distintas y, según Mijail Rémizov, mucho dependerá de que se imponga uno de estos caminos. “Si una parte de la oposición elige el camino de registro tradicional de partidos, podría servir de estímulo para que otros grupos opositores decidieran asimismo registrar partidos y luchar por el poder en las elecciones de distinto nivel. Si esto no sucede, el movimiento opositor continuará existiendo como el actual carnaval político que convoca manifestaciones de protesta con la agenda expresiva pero con pocas perspectivas”, agregó el experto.

Por su lado, las autoridades mantendrán un diálogo solo con los representantes de los partidos políticos que participan en el proceso político legal, desde Mijail Prójorov hasta Vladímir Rizhkov, destaca Dmitri Orlov.

“Hay gente que pone sus miras en los revolucionarios profesionales, en la toma del poder en general. Es evidente que las autoridades no van a satisfacer sus exigencias, y que solo es posible establecer el diálogo con ellos en un régimen de consultas”, señala el politólogo.

Según Igor Bunin, a día de hoy no solo la oposición sino también el presidente de Rusia, Vladimir Putin, debe elegir la forma de interacción.

“Putin afronta ahora un dilema: puede continuar ejerciendo presión sobre la oposición o manifestar su disposición a encontrar fórmulas de compromiso", señala. Según el politólogo, todo dependerá del deseo del presidente de mantener el diálogo con los que protestan.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

 

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