Las primeras salvas de la batalla de Stalingrado

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En julio de 1942 las tropas hitlerianas pasaron a la ofensiva estratégica en el sur de la URSS. Tras tomar las ciudades de Voroshilovgrad y Rostov del Don los nazis se dirigieron a Stalingrado a la vez que iniciaron su movimiento hacia el Cáucaso.

La Segunda Guerra Mundial mes a mes. Julio de 1942

En julio de 1942 las tropas hitlerianas pasaron a la ofensiva estratégica en el sur de la URSS. Tras tomar las ciudades de Voroshilovgrad (hoy, Lugansk) y Rostov del Don los nazis se dirigieron a Stalingrado a la vez que iniciaron su movimiento hacia el Cáucaso.

Ante esta perspectiva Iósif Stalin en su rol de comisario de Defensa del Pueblo emitió la Orden Nº227 del 28 de julio de 1942, famosa por la frase "¡Ni un paso atrás!", que se convirtió en un eslogan de la resistencia antinazi soviética.

En la punta de lanza

Tras asestar en junio de 1942 duros golpes a las unidades soviéticas que formaban el Frente Suroeste, la Wehrmacht continuó su ofensiva hacia las ciudades rusas de Voronezh y Voroshilovgrad. 4º Ejército Panzer de Hermann Hoth consiguió romper la defensa del Frente de Briansk comandado por el general Gólikov y seguir su marcha hacia Vorónezh. Las contraofensivas de los soviéticos fracasaron. La situación empeoró para el Ejército Soviético con la llegada del 6° Ejército del general Paulus que cercó el 3 de julio seis divisiones de los 40º y 21º Ejércitos.

En los próximos dos días los alemanes capturaron parcialmente Voronezh ocupando los suburbios de la orilla occidental, la Wehrmacht iba cumpliendo paso a paso el plan de la Operación Azul que preveía asestar el golpe principal en la dirección sur. Sin embargo las fuerzas alemanas se toparon con una contraofensiva por parte del Ejército Rojo.

El 5º Ejército de Tanques del mayor general A. I. Liziukov fue enviado para frenar “la punta de la lanza” formada por las divisiones alemanas. La misión encomendada a Liziukov fue conducir una ofensiva en las inmediaciones de Voronezh, cortar las comunicaciones del grupo de tanques enemigo que penetraba hacia el Don en Voronezh, y, operando contra su área de retaguardia, perturbar su cruce del Don.

Tras 10 días de combates encarnizados, en los que los soviéticos emprendieron varios ataques contra una fuerte resistencia alemana, aunque sin éxito y con graves pérdidas, el 5ºEjercito de Liziukov dejó de existir prácticamente y sus restos más tarde fueron agregados a otros ejércitos. El comandante Liziukov cayó en unos de los ataques el 25 de julio. La contraofensiva no consiguió los objetivos asignados, pero detuvo e hizo retroceder a las divisiones panzer, lo que ya era un éxito notable. Hitler se vio obligado a mandar a Voronezh las fuerzas de apoyo del Ejército de Paulus, debilitando de esta manera su ofensiva en el Frente Suroeste.

La guerra relámpago de 1942

En julio de 1942 las dos principales partes beligerantes emprendieron la reorganización de las fuerzas. El 7 de julio Stalin ordenó formar un nuevo Frente, el de Voronezh, designando como su comandante al general Vatutin. El general Gólicov, que comandaba el Frente de Briansk, fue reemplazado por el general Rokossovski, el futuro triunfador en la batalla de Stalingrado.

Hitler a su vez cambió el orden del plan de la Operación Azul, cuyo objetivo final era arrebatarle los pozos petrolíferos del Cáucaso a la Unión Soviética, y ordenó que se capturaran Stalingrado y el Cáucaso al mismo tiempo. Para ello, dividió al Grupo de Ejércitos Sur en dos fuerzas: A y B. Sin esperar la opinión del comandante del Grupo, Fedor von Bock, Hitler lo retiró del mando el 15 de julio.

De esta manera dos partes de este Grupo de Ejércitos Sur terminarían muy separadas, pero Hitler estaba impaciente por acceder al petróleo caucásico ya que las reservas alemanas de combustible en el inmenso territorio del país eslavo resultaban alarmantemente escasas.

En cuanto a los que sucedía en los campos de batalla en julio de 1942, recordaba mucho a la guerra “relámpago” alemana del verano de 1941. La aviación hitleriana dominaba el cielo, los ataques rápidos de tanques alemanes dejaban cercadas a las divisiones soviéticas e incluso a ejércitos enteros.

Como hacía un año entre los Frentes del Sur y del Suroeste se formó una brecha pronto ocupada por los nazis. La gran parte de los ejércitos 9, 24 y 28 se quedaron atrapados en el cerco alemán. A consecuencia de esto, el 12 de julio el Frente del Suroeste fue suprimido y sobre su base se creó el nuevo Frente de Stalingrado.

Las primeras salvas de la batalla de Stalingrado

Por la tarde del 16 de julio una de las recién llegadas unidades de este nuevo Frente, el 62º Ejército, que más tarde se cubriría de gloria por la defensa heroica de Stalingrado, paró varios ataques del enemigo. Los rivales no sospechaban entonces que era solo el inicio de la gran batalla que duraría meses.

El mismo 16 de julio, el general Vasili Chuikov llegaba al Frente de Stalingrado, para mandar directamente al 62º Ejército Soviético, cuyas principales unidades todavía no habían llegado. Uno de los más gloriosos jefes militares soviéticos se salvó de milagro en un ataque del bombardero alemán contra su avión, que no estaba armado.

El 17 de julio los nazis capturaron Voroshilovgrad, y el 23 de julio tomaron Rostov del Don. El 24 de julio los alemanes se abrieron paso hasta el Don dejando en el cerco tres divisiones soviéticas. Para los finales de julio la línea de defensa pasaba por las orillas del Don. Tan solo unas decenas de kilómetros separaban a las tropas hitlerianas de Stalingrado.

¡Ni un paso atrás!

El 28 de julio Iósif Stalin, en calidad de Comisario de Defensa del Pueblo, emitió la Orden Nº227 en la constataba que con la pérdida de Ucrania, Bielorrusia y las repúblicas bálticas, la URSS perdió más de 70 millones de ciudadanos, más de 1.280 millones de kilos de cereales al año y más de 10 millones de toneladas de metal anuales.

La orden prohibía la rendición sin importar las razones, y ordenó la formación de una línea en la retaguardia de la infantería que fusilara a todo soldado soviético que retrocediese sin permiso.

Sin embargo, con las órdenes era imposible detener la ofensiva de la Wehrmacht. A principios de la batalla de Stalingrado los nazis superaban notablemente a los soviéticos en efectivos (1,7 veces), en tanques y artillería (1,3 veces), en aviones (más del doble).

Mientras, el 25 de julio empezó la batalla por el Cáucaso. Para finales de agosto, el Grupo de Ejércitos A ya había ocupado buena parte del Cáucaso aunque las ciudades costeras del Mar Negro continuaron resistiendo. El terreno hostil y la nueva habilidad soviética para anular la efectividad del ‘blitzkrieg’, evitaron que los alemanes descansaran en el extenso territorio ganado. La falta de combustible evitó que los tanques llegaran a los pozos de petróleo de Bakú, lo que condenó a la operación Azul. El 9 de septiembre Hitler toma el mando directo del Grupo A y pierde completo interés en el Cáucaso, enfocando su mirada en Stalingrado.

Los fracasos en tierra y en el mar

En el sector central del Frente soviético-alemán en vísperas de la batalla de Stalingrado la situación se presentaba muy dramática debido a la batalla de Rzhev, que duró varios meses.

Uno de los fragmentos de la misma fue la operación de la Wehrmacht ‘Seydlitz’ en julio de 1942.

La operación se inició el 2 de julio y su objetivo fue eliminar la amenaza constante sobre la línea de abastecimiento de las tropas hitlerianas. La amenaza permanente era llevada a cabo por el 39º Ejército soviético posicionado en la retaguardia del frente alemán. Los alemanes atacaron en dirección sur llegando a cercar a unos 50.000 efectivos soviéticos. El día 6 los nazis empezaron a eliminar el cerco, en un primer momento con violentas luchas las que disminuyeron más tarde. Durante toda la operación, que duró once días, fueron capturados casi 30.000 prisioneros, mientras que otras casi 20.000 personas consiguieron romper el cerco. Además, los alemanes consiguieron capturar más de 2.000 tanques y más de 500 cañones.

No obstante, el alto mando soviético no perdía la esperanza de recuperar la ciudad y el 30 de julio empezó la ofensiva de los ejércitos 29 y 30. Las unidades del último consiguieron romper la defensa del enemigo y avanzar hacia Rzhev. Les separaban de la ciudad tan solo seis kilómetros pero para superarlos tuvieron continuar luchando durante todo un mes.

En julio de 1942 los alemanes también dominaron el mar atacando los convoyes con provisiones y municiones que cruzaban el Ártico con destino a la URSS. Una de las misiones que sufrió más daños fue la del convoy británico PQ17, que zarpó de Islandia con una carga de ayuda estadounidense.

Del 4 al 7 de julio las fuerzas hitlerianas asaltaron el convoy, del cual solo once buques consiguieron llegar a los puertos de destino, mientras que los 24 restantes fueron hundidos. Los alemanes no sufrieron bajas en esa operación.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE OBLIGATORIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

 

 

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