El jefe de la policía de Noruega renuncia por errores durante el doble atentado perpetrado por Anders Breivik

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El jefe de la policía de Noruega Oystein Maeland renunció a su cargo tras un informe sobre la actuación ineficaz de los agentes a su mando durante el doble atentado cometido el año pasado por el ultraderechista noruego Anders Behring Breivik, en el que murieron 77 personas.

El jefe de la policía de Noruega Oystein Maeland renunció a su cargo tras un informe sobre la actuación ineficaz de los agentes a su mando durante el doble atentado cometido el año pasado por el ultraderechista noruego Anders Behring Breivik, en el que murieron 77 personas.

Meland, que había asumido como jefe de policía días antes del ataque, declaró estar de acuerdo con las conclusiones de la Comisión investigadora del dobel atentado que criticó duramente a la policía y a los servicios de seguridad por su actuación durante la detención de Breivik, subrayó que por esta razón, dimite de su cargo.

El pasado lunes la comisión especial investigadora, creada inmediatamente después de los atentados entregó un informe al Primer Ministro Jens Stoltenberg en el que dice que la policía actuó con demasiada lentitud y deficiencia antes de arrestar a Breivik, lo que provocó que el número de víctimas de la masacre fuera mayor.

El informe citó varios ejemplos de la labor ineficaz de la policía. Por ejemplo que una patrulla por mucho tiempo siguió el coche de Breivik pero que no fue detenido por falta de información sobre el auto. Otra  patrulla que llegó a Utoya después del tiroteo, en un primer momento confundió la isla y navegó en bote en dirección equivocada.

El documento además se subraya que el sistema de la seguridad nacional tiene demasiados "puntos débiles".

A Breivik le imputan haber organizado el 22 de julio de 2011 una explosión en un sector gubernamental de Oslo, con un saldo de ocho víctimas mortales, y un ataque al campamento juvenil de la isla de Utoya, en el que murieron 69 personas.

Breivik reconoció ser autor de ambos atentados ya en los primeros interrogatorios, pero negó ser culpable. Dijo que lo hizo para defender la raza noruega frente a los inmigrantes musulmanes y frente el multiculturalismo.

En caso de que el Tribunal noruego estime que el acusado es un enfermo mental, como lo aseguró el primer peritaje forense realizado en noviembre de 2011 y que dictaminó que Breivik padece una esquizofrenia paranoide, el terrorista puede ser enviado a un tratamiento de por vida en una  clínica. De lo contrario, el acusado podría enfrentar una pena máxima de 21 años.

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