Cinco mitos en torno a los elefantes

© Flickr / brandi666Cinco mitos en torno a los elefantes
Cinco mitos en torno a los elefantes - Sputnik Mundo
Síguenos en
El 22 de septiembre se celebró el Día Mundial del Elefante, el animal terrestre más grande que existe actualmente.

El 22 de septiembre se celebró el Día Mundial del Elefante, el animal terrestre más grande que existe actualmente.

Estos mamíferos, que alcanzan una altura de unos tres metros con un peso de más de seis toneladas, han dado origen a muchos mitos. En Asia, donde los elefantes han sido domesticados, como las cabras, vacas y perros, estas historias son en reiteradas ocasiones de carácter sagrado.

A continuación vamos a disipar cinco prejuicios sobre estos inmensos mamíferos que predominan en el mundo.

Elefantes de color rosa

Los elefantes de color rosa no existen en la naturaleza. Por eso cuando los estadounidenses dicen que uno ve elefantes rosas quieren decir que este anda bien borracho.

Por otro lado, sí que existen los elefantes albinos, pero estos ejemplares son muy raros. En el budismo, los elefantes blancos son sagrados, porque se dice que la madre de Buda, Maya, quedó embarazada de él tras soñar que un elefante albino entró en su cuerpo.

Los budistas creen que se puede encontrar a un elefante blanco cada doce años. Pero en realidad, la aparición de un nuevo ejemplar albino entre los elefantes es un acontecimiento más raro. En 2004 fue la última vez cuando los científicos descubrieron a un elefante albino en Sri Lanka. En los rayos del sol del medio día este parecía de color rosa, pero desgraciadamente se trataba de una ilusión óptica.

En 2009, el cámara de la BBC Mike Holding tomó varias imágenes de una cría de elefante rosa que detectó en la cuenca de Okavango en África. Los expertos opinan que probablemente se trate de un albino, un fenómeno poco común entre los elefantes africanos. Pero ni siquiera ellos pueden descartar que este albino fuese de color rosa.

En la película de Mike Holding millones de los estadounidenses y británicos pudieron ver a un elefante rosa sin emborracharse. Es curioso que los propios elefantes también tomen bebidas alcohólicas. Según un veterinario ruso, Valeri Sóbolev, a los elefantes les gusta tomar té con vodka en la proporción de 12 a 1.

"El aguardiente se utiliza para prevenir enfermedades respiratorias y eliminar el estrés. En estado salvaje, los elefantes se alimentan sobre todo de frutas podridas en las que tienen lugar procesos de fermentación", explica Sóbolev.

Rusia es la patria de los elefantes

Esta frase sarcástica pone en ridículo el deseo de los patriotas rusos de demostrar su supremacía en todos los ámbitos. Parece que solo una persona poseída de orgullo nacional que perdió el sentido de la realidad es capaz de declararlo.

Pero no todo es tan fácil respecto al origen ruso de los elefantes. Los paleontólogos y genetistas moleculares reconstruyeron la historia evolutiva de los Proboscidios, un tipo de mamíferos placentarios.

Los antecesores directos de los elefantes africanos y asiáticos fueron los mastodontes. Hace unos siete u ocho millones de años, los mastodontes dieron lugar a los elefantes auténticos, que habitaban no solo en África y Asia sino también en territorio de la Rusia actual. En el último caso, se trata del elefante del Sur de tamaño demasiado pequeño que podía medir hasta 2,5 metros de altura.

"Rusia es la patria del elefante del Sur al que se puede considerar como primo del elefante asiático y como primo segundo del elefante africano”, dijo Alexei Tíjonov, director adjunto del Instituto Zoológico subordinado a la Academia de Ciencias de Rusia.

Los elefantes del Sur fueron los primeros de esta familia que migraron a América del Norte a través de un istmo que en la actualidad está cubierto por el Estrecho de Bering. El destino de estos elefantes en Rusia y el continente americano era distinto.

"En Rusia el elefante del Sur evolucionó hacia el mamut de la estepa, que por su lado fue un antepasado del mamut lanudo. Este fue el fin de la historia del elefante ruso”, dijo Alexei Tíjonov.

En América, la cadena de la evolución del emigrante ruso fue más larga en un eslabón: el mamut imperial – el mamut de Jefferson – el mamut de Colombia.

"Así las cosas, resulta que Rusia es la patria de todos los mamuts, incluidos los norteamericanos”, afirma Alexei Tíjonov.

Pero según el experto, es errónea la declaración que “Rusia es la patria de los elefantes”, porque el Estado ruso se estableció casi un millón y medio años después de que se extinguieran los antecesores de los elefantes que habitaban el territorio de la Rusia actual.

Elefante en una cacharrería

Se suele comparar con el elefante a una persona torpe, incapaz de dar un paso sin destrozar todo a su alrededor.

"Es uno de los prejuicios más absurdos”, opina la domadora Tatiana Filátova, de la famosa dinastía de adiestradores de animales, que realiza números espectaculares con elefantes en la arena del circo desde hace ya cuarenta años.

"Cuando esté en el circo ponga la atención en cómo los elefantes suben arriba de una silla al actuar en la arena. Ante todo, debe asegurarse que la silla es sólida", afirma Filátova.

Según la domadora, durante las giras, al encontrarse en una arena nueva, los elefantes deben estudiarla para no caer.

"Un caso tragicómico me convenció de que los elefantes son capaces de coordinar movimientos bastante bien", dijo el doctor Sóbolev.

"Un animal guardaba rencor a un empleado encargado de transportar a los elefantes. Este lo entendía también y trataba de no aproximarse al animal. Pero decidió que si estaba conmigo no le amenazaba ningún peligro y juntos entramos en el redil. El elefante encontró el momento oportuno y cayó sobre él con todo su peso. No entiendo cómo pude salir sano y salvo en un redil tan pequeño y cómo el elefante que se le sentó encima al empleado no le mató sino solo le fracturó la clavícula", recuerda el doctor Sóbolev.

A un elefante un perdigón no le causa la muerte

"En realidad, un elefante solo se enfurecerá tras recibir un impacto de disparos de perdigón. El espesor de la piel de un elefante es de unos 3 centímetros. Y si este se revuelca en el lodo, como prefieren hacer los elefantes, el barro seco junto con el panículo adiposo de hasta cinco centímetros de espesor convierten su piel en una coraza natural”, dijo Alexei Tíjonov.

"Los elefantes tienen solo un punto vulnerable, entre la oreja y el ojo, donde se encuentran las glándulas de secreción interna y el grosor de los huesos del cráneo en este punto es el más fino. Al impactar con perdigones o metralla contra esta glándula, se puede matar fácilmente al elefante”, cuenta el doctor Sóbolev.

Es inoportuno comparar la insensibilidad de las personas con la piel gruesa de los elefantes.

"Los elefantes tienen orejas muy sensibles. Si queremos alentar a un elefante o indicarle su error, le tiramos de las orejas y este lo entiende todo inmediatamente”, dijo Tatiana Filátova.

Carácter vengativo de los elefantes

"Se considera que los elefantes tienen buena memoria y son capaces de vengarse al cabo de muchos años. Pero se mezclan aquí dos características distintas: la memoria de los elefantes y su agresividad”, señala Alexei Tíjonov.

"Los elefantes sí que pueden ser agresivos, Observábamos su conducta en Indochina y llegamos a la conclusión de que los ataques de estos animales a personas, que al parecer no fueron provocados, reflejan en realidad los estereotipos de conducta más complicados. Los animales sienten que el hombre representa una amenaza mortal para ellos y pueden atacar los primeros. Esta reacción está dirigida a la conservación de la especie, mientras que las personas creen que no había causas para ataque”, explica el zoólogo.

Según él, los elefantes poseen un alto nivel de intelecto, similar al de los monos antropoideos.

"Pero al evaluar la memoria de los elefantes, se comete un error lógico. Estos mamíferos sí que tienen una buena memoria, pero además viven más que otros animales. Por eso se puede estudiar la memoria de los elefantes durante un período más largo. Por ejemplo, los perros pueden recordar a su ofensor durante toda su vida, pero viven menos que los elefantes y su venganza puede ser menos notable”, dijo Tíjonov.

"Una vez curé los dientes a un elefante. El animal sentía dolor. Pasados muchos años, fui al circo donde actuaba este elefante. No me vio, sino tan solo oyó mi voz, y empezó a trompetear", recuerda Valeri Sóbolev.

Otros pacientes del doctor Sóbolev se comportaron del mismo modo. Todos recuerdan el dolor durante mucho tiempo.

La larga vida de los elefantes se exagera en reiteradas ocasiones. Es posible que haya elefantes que hayan llegado a vivir 70 años, pero no hay pruebas documentales de esto. Viven hasta sesenta y pico como máximo.

"He visto a un elefante de 64 años en la India y los habitantes locales me lo han mostrado como una curiosidad”, dijo el doctor Sóbolev.

En 2008, la revista estadounidense Science publicó los resultados de investigaciones llevadas a cabo durante muchos años, que compararon la longitud de la vida de los elefantes africanos en un parque nacional de Kenia, de los elefantes asiáticos que se emplean para trabajos de carga en Birmania (Myanmar) y de estos mamíferos en parques zoológicos.

Resulta que los elefantes africanos viven en su hábitat natural hasta 56 años, los elefantes de Birmania que se emplean para retirar los árboles caídos en los bosques alcanzan la edad de 40 años, mientras que en los parques zoológicos su edad promedia es de 19 años.

Una de las causas de la muerte prematura de los elefantes en parques zoológicos es la adiposidad, el cuidado excesivo por parte del ser humano.

Resulta que la situación respecto a los elefantes deja mucho que desear y que el Día Mundial de Elefante no es solo una fiesta sino también es un buen motivo para recordar que nuestro cuidado puede causar la muerte a los elefantes.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

Lo último
0
Para participar en la conversación,
inicie sesión o regístrese.
loader
Chats
Заголовок открываемого материала