Un tribunal de Moscú declaró este lunes como extremista la controvertida película “Inocencia de los musulmanes” de producción estadounidense que difama al profeta Mahoma.
Esta resolución judicial, que podrá ser recurrida en el plazo previsto por la ley a partir del próximo 5 de octubre, significa la prohibición de la divulgación de la cinta, que ha desatado una ola de violentas protestas en el mundo islámico.
El viernes pasado, un fallo similar fue dictado por un tribunal de Grozni, capital de Chechenia, que también resolvió tomar medidas para detener la divulgación del film en Internet y otros medios antes de que la sentencia sea firme. Los operadores locales de telefonía móvil anunciaron que la acatarán.
Por otro lado, el Ministerio ruso de Justicia incorporará la polémica cinta en la lista federal de materiales considerados extremistas una vez que la respectiva resolución judicial sea firme, anunció la portavoz de la Fiscalía General, Marina Gridneva.
Según explicó la funcionaria, un estudio psicolingüístico del vídeo llevado a cabo a instancia de la Fiscalía General comprobó que “sus contenidos van dirigidos a incitar al odio racial, así como a denigrar a personas por su raza o religión”.
La película “La inocencia de los musulmanes”, una cinta independiente producida en Estados Unidos, desató una ola de protestas en varios países musulmanes, incluyendo Libia, donde un ataque de radicales contra el consulado de EEUU en Bengasi se saldó con la muerte del embajador Christopher Stevens y de otros tres empleados de la misión.
El avance de la película, de 14 minutos, fue publicado en YouTube en junio pasado, pero pasó casi desapercibido hasta que el 8 de septiembre unos fragmentos del vídeo fueran transmitidos por una cadena de televisión de Egipto.
Google restringió el acceso a la película en países como Egipto, Libia, India o Indonesia, aunque rechazó la petición de la Casa Blanca de eliminar la película de los servidores de YouTube argumentando que no infringe sus condiciones de uso.
Las autoridades rusas pidieron anteriormente bloquear el acceso a la cinta, un llamamiento que atendieron los operadores de telecomunicaciones de varias regiones del país como Chechenia o Daguestán, mientras que otros se negaron a hacerlo antes de que exista una resolución judicial al respecto.
