El secretario del Consejo ruso de seguridad nacional, Nikolai Pátrushev, aseguró hoy que las autoridades no dejarán exportar a Rusia “revoluciones de colores”, nombre recibido por las movilizaciones políticas que derivaron en el cambio de gobierno en varias naciones de la ex URSS en la década del 2000.
“No hay premisas para una revolución de colores en Rusia hoy y seguramente no dejaremos implementar semejantes guiones en nuestro país”, afirmó Pátrushev en una entrevista al diario Komsomolskaya Pravda.
Agregó que las revoluciones de colores son un producto de importación “cuidadosamente diseñado por tecnólogos occidentales”. “Estas acciones son financiadas desde el exterior y los receptores del dinero tienen la obligación de rendir cuentas a sus clientes foráneos, cumplir su voluntad y sus consejos que más se parecen a instrucciones”, dijo.
Pátrushev, quien había dirigido anteriormente el Servicio Federal de Seguridad (FSB), considera que algunos representantes de la oposición radical intentaron aprovechar la movilización ciudadana de finales de 2011, después de las elecciones parlamentarias, “para “infringir el orden público y hacer provocaciones escudándose en la defensa de libertades civiles”.
Los disturbios del pasado 6 de mayo en la plaza Bolótnaya de Moscú, según él, “tenían como objetivo desestabilizar la situación política interna”.
El funcionario prometió que la seguridad nacional “seguirá estable” el próximo año a pesar de que los orquestadores y los patrocinadores de protestas antigubernamentales no piensan renunciar a sus planes.
El presidente ruso Vladímir Putin, en su reciente mensaje anual al Parlamento federal, calificó de inadmisible cualquier injerencia foránea en los procesos de política interna de Rusia. “Un activista que recibe por su labor dinero desde el extranjero y, por lo tanto, sirve seguramente a los intereses ajenos, no puede ser político en Rusia”, manifestó.
Una normativa legal vigente desde verano de 2012 obliga a las ONGs rusas financiadas desde fuera a registrarse en calidad de “agentes extranjeros”.
