El papa Francisco presidió hoy la misa del Domingo de Ramos, inaugurando así los ritos de su primera Semana Santa tras ocupar el sillón de San Pedro el pasado martes.
Montado en un papamóvil blanco sin urna de cristal, el nuevo pontífice dio una vuelta a la plaza de San Pedro abarrotada de miles de fieles bendiciendo los ramos de palma y de olivo que llevaban. A continuación, se dirigió al altar instalado en la entrada de la basílica papal de San Pedro para encabezar la misa que abre la Semana Santa.
Al recordar la entrada de Jesús en Jerusalén que se conmemora en el Domingo de Ramos, el primer papa latinoamericano animó a los cristianos a no “dejarse robar la esperanza” incluso en los momentos difíciles, “aún cuando el camino de la vida tropieza con problemas y obstáculos que parecen insuperables”, en clara alusión a la grave crisis económica que atraviesan muchos países del mundo.
La plaza del Vaticano amaneció esta mañana convertida en un jardín, gracias a numerosos olivos y melocotoneros en flor regalados al papa por vecinos de la región suroriental de Apulia, así como a miles de hortensias, ciclámenes, orquídeas y otras flores que la decoran. Este domingo, el Vaticano prevé repartir entre los asistentes a la misa un total de más de 200.000 ramos de palma y de olivo.
