¿Dónde será enterrado Tamerlan Tsarnaev?

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El fundador de la sociedad musulmana de Colorado, el jeque Abu Omar, dijo que está dispuesto a enterrar a Tamerlan Tsarnaev, en cuanto su familia traiga su cuerpo a Denver, y se ofreció para pagar sus exequias. No se sabe nada de la reacción de los Tsarnaev.

El fundador de la sociedad musulmana de Colorado, el jeque Abu Omar, dijo que está dispuesto a enterrar a Tamerlan Tsarnaev, en cuanto su familia traiga su cuerpo a Denver, y se ofreció para pagar sus exequias. No se sabe nada de la reacción de los Tsarnaev.

Hasta el momento ninguno de los cementerios estadounidenses dio su consentimiento para el entierro del posible autor del atentado terrorista de Boston del pasado 15 de abril. A raíz de ello su madre lanzó el 6 de mayo una llamada de auxilio para que su cadáver fuere transportado a Rusia. Lo mismo lo reclamaban ciertos manifestantes estadounidenses que se mostraban en contra del entierro de Tsarnaev en EEUU.

Sin embargo, la sociedad musulmana de Colorado publicó en su sitio web un anuncio diciendo que el jeque Abu Omar estaba actuando sólo en su propio nombre.

El secreto del entierro

Los entierros de los malvados siempre han sido problemáticos. Así, cada diez años aparece un nuevo entierro de Hitler.

De acuerdo con la legislación estadounidense, nadie tiene derecho a saber dónde están enterradas las cenizas de Timothy McVeigh, quien voló en 1995 en la ciudad de Oklahoma un edificio oficial, matando a 168 personas. Los restos de Osama Bin Laden fueron sepultados en el Mar Arábigo. Lo mismo, a propósito, proponían los adversarios del entierro de Tsarnaev en EEUU.
Nadie quiere enterrar a los malvados de la misma manera que a los demás. En primer lugar, porque nadie quiere perpetuar a los malos y a sus crímenes, ni ser enterrado después al lado de un asesino. También parecen razonables los miedos, de que una tumba así pueda convertirse en un lugar de peregrinación para quienes compartan las ideas del asesino, o en un lugar de interés para turistas, lo que también infunde miedo y rechazo. También es probable que el secreto del entierro se deba a la necesidad de proteger la tumba de una profanación.

Muerto sin tribunal

Desde el punto de vista formal, el terrorismo es un delito, de ahí que un terrorista muerto es nada más que un delincuente muerto, y su caso no requiere ninguna regulación extra, fuera del Código Penal.

Elegir el destino póstumo de los cadáveres de los ejecutados en los países donde existió o existe la pena de muerte, muchas veces corresponde a su régimen. En Irán, Pakistán y Afganistán la familia muchas veces no sabe ni el lugar, ni la fecha de la ejecución.

En 2012 los activistas de derechos humanos pidieron al presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, que entregase el cadáver del ejecutado terrorista Vladislav Kovalev a su madre. El Comité de Derechos Humanos de la ONU calificó la renuncia de entregar el cuerpo como acto inhumano. Y, sin embargo, Lukashenko optó por actuar en conformidad con la legislación bielorrusa, según la cual los cuerpos de los ejecutados no se entregan a la familia.

En Europa, en particular en Francia (antes de la abolición de la pena de muerte), y en EEUU el cadáver del ejecutado se entierra por cuenta del Estado, pero puede ser entregado a la familia, para que realice su entierro. Al ejecutado no le importa ya, qué pasará con su cadáver, es un problema de sus parientes. Y éstos no tienen ninguna culpa, entonces, ¿por qué hay que castigarles también, impidiéndoles seguir sus tradiciones y cumplir con su deber?

Sin embargo, los terroristas muchas veces no llegan a escuchar su condena. Bin Laden no fue ejecutado, lo mataron en el curso de una operación especial de su detención, de la misma manera que Tamerlan Tsarnaev. Pero Bin Laden, por lo menos, siempre admitía todos sus crímenes. Y Tamerlan Tsarnaev, absolutamente desconocido por el mundo a excepción de sus amigos y familiares hasta el 15 de abril, murió siendo un presunto autor un de atentado terrorista.

Así que las fuerzas de seguridad estadounidenses no tenían ninguna razón para no entregar su cuerpo para su entierro.

Levantamiento tras el atentado terrorista

Los cementerios privados no son los únicos que se niegan a enterrar a Tamerlan Tsarnaev. Las protestas hacen seguir su ejemplo bajo distintos pretextos a las agencias y a los cementerios públicos también. Y las autoridades, que hicieron un tremendo esfuerzo para calmar a Boston, se abstienen de intervenir, ya que no quieren convertir el lugar del atentado en un foco de disturbios populares.

La variante más original sería que las autoridades estadounidenses envíen a Rusia el cuerpo para su entierro. Desde el punto de vista político, resultaría más que ambiguo.

Por un lado, sería una muestra de buena voluntad y de respeto al derecho de cualquier persona, hasta de un asesino, de ser enterrado en su patria. Por otro lado, muchos probablemente lo verían como una confirmación de que el atentado de Boston fue planificado en Rusia, y sólo eso es suficiente para que los estadounidenses no lo hagan.

Además, eso tendría que ver con otro aspecto desagradable, ya que las acusaciones de las autoridades estadounidenses contra Tsarnaev están mucho más fundadas que las que hay contra Aslán Masjádov, cuyo cuerpo nunca fue entregado a su familia.

La benevolencia de las autoridades rusas hacia la familia de Tsarnaev en este caso sería vista por todos, como una señal de que Rusia no califica a los terroristas, que organizan atentados en el territorio de EEUU, como terroristas.

Así que, seguramente, ni Moscú, ni Washington caerán en esa trampa. Tampoco es probable, que sea sepultado en el mar, ya que nadie quiere comparar a Tsarnaev con Bin Laden.

Por lo visto, será enterrado y punto.

Los escépticos señalan con una alegría maliciosa que la visión global estadounidense está sometida a las mutaciones que provoca el miedo al terrorismo. Desde el 11 de septiembre la sociedad estadounidense fue rechazando a las libertades civiles a favor de un Estado fuerte y omnipresente. Ahora vemos en Boston una victoria de la xenofobia beligerante: resulta que la nueva moral estadounidense se guía por el miedo.

Pero, en realidad, el ataque del Estado contra las libertades civiles no es tan fuerte como lo pintan. Y ahora EEUU puede enterrar a Tsarnaev, a pesar de las pasiones desatadas, que pueden ser domadas sólo por el Estado. Y si Tsarnaev es enterrado, será de acuerdo con la tradición. Hasta los restos mortales de Osama, según las autoridades estadounidenses, fueron enterrados en el mar en conformidad con las tradiciones musulmanas. Enterrar a Tsarnaev debidamente es, para las autoridades de EEUU, una cuestión de honor.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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