La clasificación de Bertelsmann incluye 14 antiguos Estados miembros, a excepción de Luxemburgo y, a partir de las estadísticas de distintas instituciones comunitarias de entre 1992 y 2002, evalúa los beneficios que tiene para la economía de cada uno de estos países ser socio de la UE.
“La eliminación de las barreras comerciales abarató las mercancías importadas, lo que mejoró el nivel de vida y el poder adquisitivo de los consumidores. La bajada de los precios entre los miembros del mercado común dio a su vez un gran impulso al desarrollo del comercio”, comentan los autores del estudio.
No obstante, salta a la vista que la situación en el ranking viene determinada por el factor geográfico, indica el rotativo. Las primeras posiciones son ocupadas únicamente por países de Europa del Norte y Central. El PIB per cápita de países como Dinamarca, Bélgica, Austria o Finlandia sumó más del 1,5% de media gracias al ingreso en la UE.
En el caso del líder de la lista, Alemania, se trata de un “extra” del 2,3%. De esta forma, es el país que más se ha beneficiado con la libre circulación de mercancías, servicios y mano de obra en el Viejo Continente, explican los expertos de Bertelsmann. La introducción de una moneda única también ha favorecido las exportaciones germanas, agregan.
En el extremo opuesto del ranking se encuentran los Estados del Sur, los más afectados por la reciente crisis económica, y solo dos países del Norte, Holanda y Suecia. Para todos esos países, las ventajas de entrar en la UE se reducen a escasas décimas porcentuales del PIB, según el estudio.
En cuanto a Grecia, no solo está a la cola de la clasificación, sino que es el único país comunitario que tendría ahora un PIB mayor de no ser socio de la UE.
