El largo adiós a una diosa del cine

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En Nueva York, de una embolia cerebral, ha muerto Lauren Bacall, una de las últimas representantes del cine clásico. Tenía 89 años y fue la esposa de Humphrey Bogart hasta que el cáncer venció al genial intérprete. Del magnetismo que ambos destilaban escribe hoy Soraya Nadia McDonald en el Washington Post, que recuerda como desde su primera aparición su química "atravesaba el celuloide".

En Nueva York, de una embolia cerebral, ha muerto Lauren Bacall, una de las últimas representantes del cine clásico. Tenía 89 años y fue la esposa de Humphrey Bogart hasta que el cáncer venció al genial intérprete. Del magnetismo que ambos destilaban escribe hoy Soraya Nadia McDonald en el Washington Post, que recuerda como desde su primera aparición su química "atravesaba el celuloide".

Mientras la industria cinematográfica apenas había asimilado la muerte de Robin Williams, una nueva avalancha de elogios puntúa la desaparición de quien protagonizó clásicos como 'To have and have not', 'The big sleep', 'Written on the wind' o 'Key Largo' y actuado a las órdenes de directores de la talla de Howard Hawks, John Huston, Douglas Sirk y Vincente Minnelli. "Fue una gran dama, llena de talento y humor, ha declarado James Caan, "tuve el honor de actuar junto a ella, y la echaré mucho de menos". "Qué perdida tan terrible", comentó Barbara Streisand, quien recordó que tuvo la oportunidad de actuar junto a ella y también de dirigirla.

El actor irlandés Jason O’ Mara ha recordado que en 2001 le preguntó una noche si necesitaba un taxi, y la actriz, que entonces tenía 75 años, "Hizo una pausa y levantó aquellos ojos suyos. "¿Tengo pinta de necesitar uno?", fue respuesta". Cómo no recordar, claro, su flaca figura, su mirada desafiante, eléctrica, su voz de lija, ronca, y sus chisporroteantes diálogos con Bogart en la pantalla, escritos muchas veces por escritores, y amigos de la pareja, como Faulkner, Hemingway o Chandler. "En un Hollywood ya desaparecido", recuerda Enid Nemy en el New York Times, "ronroneó cada palabra". Mia Farrow, que ayer mismo lamentaba la desaparición de Williams, ha escrito en Twitter que "Ahora también hemos perdido a la gran Lauren Bacall. Descansa en paz, querida Betty".

Con la actriz, que recibió un Oscar honorífico a su trayectoria, dice adiós casi definitivamente la era de los grandes estudios y una actriz distinta, orgullosa, elegante "femme fatale" a la que nunca encasillaron en el papel de niña desvalida y capaz junto a Bogart de rebelarse durante los terribles años de la 'Caza de Brujas'. En EE.UU el sentir de quienes aman el cine resulta unánime: pocas veces tópicos roídos como leyenda o mito hicieron tanta justicia como en el caso de la inmortal Lauren Bacall.

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