Un tribunal ha absuelto por falta de evidencias a un hombre que había sido condenado a muerte ocho años atrás por la muerte de dos niños. El caso supone una excentricidad en el sistema penal chino, que ofrece un porcentaje de condenas del 99,93%, y subraya una vez más los fallos de la Justicia nacional.
Nian Bin, propietario de una tienda de alimentos, fue detenido ocho años atrás cuando dos niños murieron y otros cuatro enfermaron después de ingerir veneno para ratas. Nian fue condenado después de confesar el delito a la policía. Durante las tres apelaciones posteriores siempre defendió que la confesión le fue arrancada tras horas de palizas. El Tribunal de Fujian ha fallado hoy que "ninguna de las evidencias aportadas por la Fiscalía ha podido ser verificada" y le ha dejado en libertad.
"Esperemos que la revocación del veredicto provoque que otros igualmente injustos sean también revocados", ha dicho su abogado, Si Weijiang. "Su casa ha sufrido ataques por venganza, la salud mental de su hija se ha visto afectada y su esposa le ha esperado con mucho sufrimiento durante ocho años", ha añadido.
Las fotos del reencuentro de Nian con su familia han circulado por internet. El caso había ganado popularidad en las redes sociales y entre los abogados de derechos humanos por las evidentes irregularidades cometidas.
Las condenas erróneas no son raras en el sistema penal chino. Ha habido casos en que los tribunales han ejecutado a reos después de que estos confesaran haber matado a alguien que después reaparecía. Los observadores denuncian que detrás de muchas de las confesiones está la tortura. China ha dado pasos decididos para acabar con ella, como la instalación de cámaras en las comisarías o limitar la importancia de la confesión como prueba.
Pero en contra de los esfuerzos de Pekín juega la presión que sufren las autoridades regionales para resolver todos los crímenes cometidos y en el menor tiempo posible. El sistema judicial en China está sometido al poder político, por lo que los jueces carecen de independencia para corregir errores.
