El estado de Coahuila, fronterizo con EEUU, se convirtió en la tercera provincia de México en autorizar matrimonios de parejas homosexuales, además del Distrito Federal, y Quintana Roo, donde está el resort caribeño de Cancún.
El Congreso de Coahuila aprobó el lunes, con un solo voto en contra, las bodas gais, al reformar los requisitos para contraer matrimonio en el código civil y permitir que estas parejas puedan procrear o adoptar hijos.
El Registro Civil de Coahuila sustituirá los requisitos de padre y madre simplemente por “padres”, y a partir de ahora, además del tradicional padre y madre, se añadirá padre y padre; o madre y madre.
Tras la decisión del congreso, unas 80 parejas homosexuales se aprestan a casarse en el desértico estado norteño, un enclave de la cultura machista mexicana de a caballo.
Sus defensores argumentan que las estadísticas del Registro Civil en la Ciudad de México indican sólo 34 divorcios, de los más de cuatro mil matrimonios homosexuales desde que se autorizaron las bodas gay en la capital en 2008.
Líderes de la iglesia católica han mostrado su desacuerdo. El obispo de Cancún, dijo que “desde la primera y hasta la última página, la Biblia nos dice que las uniones deben de ser entre un hombre y una mujer; Dios creó a la Eva de la carne de Adán, para que fueran uno solo, no hay otro designio más que ese”.
Sin embargo, la primera boga de dos lesbianas se celebró la semana pasada en la ciudad turística de Tulum, 100 km al sur de Cancún, frente al mar Caribe, entre una mexicana, Airaly Fuentes, y una estadounidense, Ann Stuedeavant.
