Las nuevas sanciones contra Moscú acordadas por la Unión Europea llevarán a la ampliación del embargo comercial impuesto por Rusia, pero no pondrán en entredicho el proceso de paz en Ucrania, escribe en su editorial de este viernes el diario Vedomosti.
La nueva ola de restricciones llega en un contexto ambiguo, señala el rotativo. Por un lado, Moscú y Kiev afirman estar satisfechos con el cumplimiento del alto el fuego en el este de Ucrania.
Pero por el otro, las declaraciones de que Rusia está interesada en la paz en Ucrania no logran el efecto deseado en Occidente. En particular, la canciller alemana, Angela Merkel, acusó recientemente a Moscú de haber roto sus promesas en más de una ocasión.
Es muy probable que Rusia responda a las sanciones en su contra con nuevas contramedidas, dice Vedomosti. Se estudia prohibir las importaciones de autos y ropa. También podría ser restringida la participación de empresas extranjeras en los contratos públicos para el suministro de fármacos.
La ampliación de las contramedidas rusas puede llevar a la expulsión de los europeos de grandes proyectos en Rusia en beneficio de los inversores de países que no se han sumado a las sanciones.
Así, la banca china ya tiene planes de financiar las obras de una línea ferroviaria de alta velocidad entre Moscú y Kazán.
El nuevo intercambio de restricciones apenas pone en amenaza los acuerdos de Minsk, opina el politólogo Alexéi Makarkin. Si Rusia abandona el proceso de paz, tendrá que afrontar inevitablemente más sanciones, cuyo precio aumenta para la economía rusa en cada nueva vuelta de esta espiral, explica el experto.
