El festival internacional Koktebel Jazz Party, que se inaugura en Crimea, se diferenciará de los eventos que se celebraron en la ciudad en los años pasados, informaron los organizadores.
El festival musical, organizado por Rossiya Segodnya bajo amparo del Ministerio ruso de Cultura, durará hasta el 15 de septiembre y cuenta con la participación de famosos grupos de jazz de Alemania, Armenia, Bélgica, Brasil, EEUU, Reino Unido, India, Israel y Países Bajos, así como de Rusia. Los fondos recaudados de la venta de entradas para conciertos en el escenario principal se donarán a Crimea.
“Para mí es un día muy feliz porque fui uno de los que iniciamos el festival en Koktebel, soy uno de sus padres fundadores. Este otoño se celebra la 12 edición del evento de jazz”, dijo el director general de la agencia Rossiya Segodnya, Dmitri Kiseliov.
Precisó que “no fue una historia fácil para todos nosotros porque el 18 de marzo Crimea se adhirió a Rusia”.
“Un equipo de mis amigos ucranianos se vio limitado en cuanto a las posibilidades de organizar algo en Crimea y Jazz Koktebel fue trasladado a la provincia ucraniana de Odesa donde se inauguró ayer bajo ese nombre. Les deseo mucho éxito. Cuantos más festivales haya, mejor. Pero es imposible privar a la ciudad de Koktebel de jazz”, señaló al añadir que no resultó fácil organizar el evento en tan solo tres meses.
Recordó también que Rossiya Segodnya organizó el festival sin usar fondos públicos.
El director artístico de Koktebel Jazz Party, Mijaíl Ikónnikov, considera que el festival no se parece a Jazz Koktebel que se organizó en la ciudad en los años pasados.
“El programa es muy amplio, el festival durará cuatro días, creo que por primera vez (…). Nuestro evento, a diferencia de los de los años pasados, será más de jazz”, dijo.
El escenario principal, al aire libre sobre una plaza, reunirá todos los días de las 18 a las 23 horas a las estrellas más conocidas de jazz.
Solamente un grupo de Cuba tuvo que renunciar a la participación en el evento a causa de la situación política, subrayó Ikónnikov.
“El problema consiste en que parte de los músicos cubanos viven en Europa”, precisó.
