El primer ministro británico David Cameron intentará limitar el impacto político de la renovación del Convenio de Extradición entre Estados miembros de la Unión Europa, que la Cámara de los Comunes se dispone a aprobar a última hora del lunes.
El Convenio de Extradición agiliza, simplifica y recorta los trámites intercomunitarios en la detención y entrega de ciudadanos que están bajo sospecha de haber delinquido o han sido imputados por un Juzgado del país reclamante.
En vigor desde 2004, se basa en el principio de la mutua confianza en los sistemas judiciales de los 28 miembros de la UE.
La renovación del Convenio se incluye en un paquete de 35 medidas en materia de Justicia y Seguridad, cuya competencia volverá a cederse a Bruselas. Tras un encendido debate en los Comunes, el paquete completo se someterá a votación esta noche.
Cameron tiene asegurado el voto favorable con el apoyo de sus socios liberales en el gobierno de coalición y de la mayoría de parlamentarios laboristas.
Pero el ala euroescéptica del Partido Conservador y el único diputado del Partido por la Independencia de Reino Unido (UKIP) se oponen a la transferencia de soberanía a Bruselas en casos de extradición.
"Es la vía equivocada y errónea de proceder en casos de extradición", explica a Nóvosti el diputado Douglas Carswell, recién estrenado en su escaño en representación de UKIP. "Necesitamos un acuerdo de extradición con los diferentes países de Europa y del resto del mundo, pero el convenio de la UE no garantiza Justicia. Es más, ya ha provocado varias injusticias contra ciudadanos británicos", denuncia.
Los críticos del Convenio justifican su oposición en la "suposición de que todos los sistemas judiciales de los países de la EU son iguales, cuando no lo son", según advierte el nuevo diputado de la formación más eurófoba de Reino Unido.
"Este acuerdo trata de imponer un sistema federal de procesos judiciales en países de la UE", denuncia Carswell en declaraciones a esta agencia. "No se puede pretender que todos los sistemas son iguales. Es prioritario y esencial asegurar el acceso y revisión por parte de los juzgados británicos de las pruebas en casos de extradición", añade.
Cameron ha intentado contener la rebelión en sus filas parlamentarias sometiendo a voto el paquete completo de medidas. Aún y todo, los expertos proyectan una revuelta de entre 40 y 50 tories que se niegan a aceptar la reanudación de un convenio que, salvo en contadas ocasiones, está dando buenos resultados para Reino Unido.
"Es absolutamente esencial para mantener nuestro país seguro. No hay una alternativa viable al Convenio de Extradición", ha señalado Cameron este lunes.
as/sm
