El primer ministro británico, David Cameron, ha anunciado en Australia unas medidas antiterroristas que violan la legislación internacional y fomentarán el reclutamiento de nuevos yihadistas, según advierten grupos en defensa de las libertades civiles y expertos en extremismo islamista.
La propuesta legislativa, que Cameron ha desvelado en el parlamento de Camberra en vez de en la Cámara de los Comunes, prohibirá la entrada en Reino Unido de ciudadanos británicos sospechosos de actividades terroristas.
La medida está enfocada a impedir el retorno de nacionales del Reino Unido que están combatiendo con el Estado Islámico (EI) en Siria o Iraq.
El grupo yihadista Estado Islámico (EI) >>
El veto al regreso de presuntos militantes islamistas se extenderá durante un periodo de dos años, factible de ser prolongado. "Serán de hecho apátridas", ha denunciado Sara Ogilvie, de la organización Liberty.
Su compañera en la misma ONG, la abogada Shami Chakrabati, ha criticado la falta de compromiso del gobierno con sus obligaciones internacionales. "Verter ciudadanos sospechosos como basura tóxica, abdicando de nuestras responsabilidades a la comunidad internacional, es una extraña manera de promocionar el imperio de la ley", ha señalado a los medios británicos.
La Declaración Universal de los derechos Humanos establece el derecho de toda persona a una nacionalidad y el derecho a no verse privado arbitrariamente de su nacionalidad.
El gobierno cree que ha solventado este fundamental principio introduciendo el elemento de temporalidad a la exclusión del país de sus propios nacionales.
La restricción se aplicará además a individuos que se nieguen a aceptar una de las estrictas alternativas anunciadas este viernes por Cameron.
De acuerdo con las condiciones acordadas por el Ejecutivo de coalición, un supuesto yihadista solo podrá regresar a Reino Unido si previamente da su consentimiento a ser procesado judicialmente, al arresto domiciliario, a ser sometido a constante vigilancia o ingresar en un curso de ´desradicalización´.
La Fundación Quilliam, experta en cuestiones islamistas, ha denunciado que estas medidas "asumen que un individuo es culpable antes de probar su inocencia".
"La legislación debería incentivar el retorno de ciudadanos para que encaren el debido proceso legal en vez de forzarles a permanecer en la zona de crisis donde se radicalizarán aún más y extenderán sus ideas a otros británicos a través de Internet", ha señalado Jonathan Russell, representante de la reconocida fundación.
Las órdenes de alejamiento las firmará el titular del Interior- actualmente la ministra Theresa May- cuando haya "sospecha razonable de actividad terrorista".
Cameron quiere introducir la nueva legislación antiterrorista con carácter de urgencia, con vistas a su aprobación el próximo enero.
El paquete incluye otras medidas polémicas dirigidas a bloquear las salidas con destino final en Irak o Siria de adultos o menores. Así, la policía podrá confiscar en los aeropuertos los pasaportes de sospechosos de unirse a la yihad sin autorización judicial o ministerial.
En su intervención en el parlamento australiano, el líder ´tory´ ha asegurado además que Reino Unido prohibirá el aterrizaje de vuelos de aerolíneas internacionales que no hayan proporcionado previamente una lista detallada de sus pasajeros.
