La Policía Militar de Sao Paulo y centenares de miembros del Movimiento Sin Techo (MSTS) se enfrentaron a lo largo de toda la madrugada y mañana de este miércoles durante el desalojo de un edificio situado en pleno centro de la mayor ciudad de Brasil.
En concreto, las 150 familias que ocupaban el edificio desde hace un año, ubicado en la céntrica calle Conselheiro Crispiniano, intentaron pegar fuego al inmueble mientras que una gran parte intentó alojarse en el edificio próximo del Cine Marrocos que también se encuentra bajo ocupación por el movimiento.
Debido al desconcierto durante el incendio y la resistencia activa, los agentes de policía emplearon bombas aturdidoras y gas de pimienta para lograr el desalojo del inmueble así como para evitar el intento de ocupar tanto el ya saturado Cine Marrocos como otro edificio en la calle Barao de Limeira.
Durante la confrontación dos personas pertenecientes al MSTS fueron detenidas y un menor fue resultado herido leve al recibir un herida en el cuello debido a la deflagración de las bombas aturdidoras.
Acorralados por los agentes, un último grupo intentó bloquear los accesos a la calle Conselheiro Crispiniano incendiando neumáticos a modo de barricada, lo que provocó un último choque contra la Policía Militar y una nueva actuación del Cuerpo de Bomberos que solamente consiguió controlar los fuegos a los 40 minutos de su llegada.
En torno a las 7 horas de la mañana el fuego había sido extinguido y el edificio abandonado sin tener que lamentar heridos de consideración, si bien es cierto que en el momento del incendio algunas familias no habían abandonado el edificio.
El MSTS se constituyó como asociación civil en 2012 y es uno de los movimientos sociales más activos en la mayor ciudad de Brasil además fue uno de los protagonistas de las protestas más violentas durante el pasado Mundial del Fútbol.
Su principal reivindicación es el acceso a una vivienda digna por parte de los sectores más humildes de la sociedad brasileña, especialmente en las grandes áreas urbanas del país donde se calcula que existe un déficit de 7 millones de hogares, según los datos del Ministerio de las Ciudades brasileño.
