El dramaturgo Albert Boadella (Barcelona, 1943) denuncia en una entrevista a Sputnik que Cataluña sufre una "epidemia paranoica" porque el resto de España "nunca le ha hecho nada negativo".
Y afirma que, en un país totalmente democrático, el presidente catalán Artur Mas "ya estaría procesado" por hacer caso omiso a la decisión del Tribunal Constitucional de prohibir la consulta secesionista del pasado 9 de noviembre.
Lo que está "detrás de la urnas" es "una auténtica estafa al conjunto de los ciudadanos de Cataluña", tanto para los que "están de acuerdo con la independencia como para los que no".
Las urnas que se instalaron el 9N "no significan nada, no vinculan absolutamente a nada". La imagen ofrecida el día de la consulta "fue una parodia de lo que es la democracia", afirma tajante a Sputnik.
El actual director de los Teatros del Canal de Madrid estima que el desafío independentista que vive Cataluña es consecuencia de "dos generaciones educadas en el odio a España" por lo que la trama de afectos que une a los ciudadanos "ha sido destruida" en Cataluña, como consecuencia de la educación que se ofrece, de los medios de comunicación y de la actuación del propio Gobierno catalán.
Boadella, que fue el alma mater durante décadas del grupo teatral catalán Els Joglars antes de autoexiliarse en Madrid en 2007, arremete contra una situación que es "realmente catastrófica".
Es "una deriva muy singular en lo que es la Europa de los últimos 50 años o 60 años", explica a Sputnik, y avanza que Cataluña "tampoco conseguirá la independencia".
El autor de Memorias de un bufón y de Adiós a Cataluña. Crónica de amor y de guerra da muy poca relevancia a las presiones que ejercen los medios de comunicación internacionales para que el presidente español Mariano Rajoy pacte un referéndum "a la británica", en referencia a la consulta independentista que Escocia celebró el pasado mes de septiembre.
Los medios internacionales también tildaban a ETA, grupo terrorista vasco, de "movimiento de liberación vasco" y todos "sabemos lo que ha sido ETA".
Pero sí es fundamental que la "democracia se caracteriza por el cumplimiento de las leyes construidas entre todos los ciudadanos a través del voto" y la "actitud de Cataluña es claramente antidemocrática", porque "han dejado de cumplir las leyes que se votaron en este país, incluso con mayoría catalana".
Su acto "es antidemocrático, aunque pongan las urnas" proclama.
Boadella apostaría, en un intento de apaciguar al conflicto, por una reforma Constitucional que defendiera la igualdad en todos los sentidos. Siempre y cuando esta reforma federal no conlleve "dar privilegios a determinados territorios".
Para Boadella, Cataluña posee "una dosis de autonomía que no tiene prácticamente ninguna otra región europea en este momento". "Más de lo que tienen ya es imposible", insiste a Sputnik.
El intelectual, que considera que no existe ningún hecho diferencial entre España y Cataluña, ni existe el carácter catalán, ni siquiera una cultura catalana, no comparte la idea de muchos nacionalistas de que Rajoy sea una fábrica de crear independentistas.
"Cataluña sufre una epidemia paranoica", porque España nunca ha hecho nada en contra de esta región mediterránea, "ni antes, ni ahora, ni nunca", recalca. Y "cualquier que diga lo contrario falsea totalmente la historia".
Los catalanes "se han inventado un enemigo", inducidos por una serie de "políticos catalanes que así podían practicar sus políticas cargando las responsabilidades a un enemigo externo".
Siempre "les ha dado un resultado extraordinario". "Mucha gente se lo ha llegado a creer", pero "ni Rajoy, ni Aznar, ni González, ni Suarez (presidentes españoles) han hecho nada contra Cataluña, todo lo contrario".
En su opinión, Rajoy "puede hacer lo que quiera, que Cataluña siempre se lo tomará como una agresión" ya que "el paranoico tiene esta característica: cualquier cosa que hace el enemigo es obviamente siempre en contra de él".
Boadella cree que la solución al conflicto catalán pasa por la existencia de unos medios de comunicación plurales y una educación abierta que acabe con la "constante contaminación actual".
La solución pasa, según el dramaturgo, por que la "gente se calme, vea otras opciones, otras opiniones", por que "exista autentica pluralidad en los medios de comunicación catalanes" y por que los ciudadanos "entiendan que su acto de separación va en contra de nuestros tiempos, en contra de lo que es la solidaridad, en contra de lo que es el sentido de convivencia general de España y de Europa".
Es el retorno a "la información auténticamente real y olvidarnos de la ficción que hay ahora".
