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China programa inmersiones en la naturaleza a artistas y empleados de cine y televisión

© Flickr / La PrizChina programa inmersiones en la naturaleza a artistas y empleados de cine y televisión
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Artistas, cineastas y trabajadores de la televisión serán enviados a las zonas rurales para formarse en "la correcta vía del arte", una medida que devuelve a la memoria los excesos del pasado reciente.

Artistas, cineastas y trabajadores de la televisión serán enviados a las zonas rurales para formarse en "la correcta vía del arte", una medida que devuelve a la memoria los excesos del pasado reciente.

Mao utilizó la Revolución Cultural (1966-1976) para domar a esa élite intelectual que se atrevía a opinar sobre los sufrimientos del pueblo provocados por su calamitosa campaña del Gran Salto Adelante y sus decenas de millones de muertos por hambre.

El líder revolucionario pensaba que la distancia entre sus atalayas y los campesinos nublaba su juicio, así que mandó a intelectuales y escritores a trabajar en el campo.

La medida anunciada el martes por la Administración estatal de Prensa, Publicación, Radio, Cine y Televisión (SAPPRFT, por sus siglas en inglés) no contempla el trabajo pero sí su inmersión.

La SAPPRFT organizará estancias a los artistas en comunidades rurales, pueblos y minas para que "realicen un estudio de campo y experimenten la vida".

Guionistas, directores y presentadores también serán enviados durante un mes a vivir junto a minorías étnicas en zonas fronterizas y en aquellos lugares que "han hecho las mayores contribuciones a la victoria del país en la guerra revolucionaria".

La nota señala que la experiencia ayudará a los afectados a crear "obras maestras", pero no concreta quiénes serán obligados a viajar, dónde irán ni qué deberán hacer allí.

La medida llega meses después de que el presidente chino, Xi Jinping, criticara a los artistas chinos por crear contenidos "vulgares" en lugar de promover los valores del socialismo.

La llegada al poder de Xi ha incrementado la presión a disidentes políticos y el control de Internet y las redes sociales. El arte no es una excepción en ese cuadro.

El artista y disidente político Ai Weiwei ha sido perseguido con saña en los últimos años después de disfrutar de un largo tiempo de impunidad.

Para Alessandro Rolandi, artista multimedia y curador focalizado en el arte como práctica social, Xi ha entendido mejor que sus predecesores el poder del arte como vehículo de comunicación en la sociedad posmoderna.

"Es interesante y preocupante que el Gobierno esté tomando una postura en el arte, lo que no había pasado hasta ahora", sostiene.

"Significa que tienen una agenda, que quieren desarrollar un poder blando y regular lo que se tiene que hacer y cómo", añade.

Xi criticó en octubre a los artistas que eran "esclavos del mercado" y aclaró que el arte no debía seguir "la pestilencia del dinero" sino "servir al pueblo y al socialismo".

La prensa oficial aplaudió un discurso con claras reminiscencias maoístas. El diario China Daily aseguró que el arte y la cultura no pueden desarrollarse sin una guía política y defendió la integración de la ideología en los valores artísticos.

La opinión de Xi, paradójicamente, coincide con la de muchos especialistas, quienes sostienen que el ambiente creativo de décadas atrás se ha corrompido en la burbuja artística.

El distrito 798 o Dashanzi resume la deriva. Es un antiguo barrio fabril pequinés reconvertido en espacio artístico, que alojó a los más estimulantes creadores hasta convertirse en un cúmulo de restaurantes pijos y galerías sin interés alguno.

Zhang Bingjian, artista, confirma los efectos devastadores del dinero fácil en la escena. "Ocurre en todos los aspectos de la vida en China, así que el arte no iba a ser diferente, pero corresponde al artista decidir si quiere hacer algo de interés o preocuparse solo del dinero, el Gobierno no puede inmiscuirse en esa decisión".

Zhang no es de los vendidos al mercado que denuncia Xi. Dedica sus esfuerzos a la denuncia social y una de sus obras más celebradas consiste en retratar a todos los funcionarios condenados por corrupción en los últimos años.

En su estudio del norte de Pekín acumula más de 2.000 óleos enrollados por falta de espacio. A pesar de la repercusión internacional de sus pinturas, no ha podido aún exponer en China. "Cuando lo ofrezco a las galerías, sencillamente no me responden", lamenta.

Lo ocurrido en Dashanzi no es más que la traslación de la tendencia habitual en Occidente, recuerda Zhang, quien alude a los cambios del Soho neoyorquino. "Esa tragedia es el triste precio que nosotros también tenemos que pagar", sostiene.

Los organismos oficiales también han lamentado el cuadro actual. Cai Fuchao, director del órgano que controla la televisión nacional, desdeñó la calidad de lo que se emite y recomendó "elevar los valores sociales".

Xi fue uno de los millones de jóvenes urbanitas destinados al campo durante la Revolución Cultural después de que su padre fuera etiquetado de contrarrevolucionario.

El presidente ha repetido que aquella experiencia de trabajo duro y comida escasa le forjó el carácter actual.

Pero la Revolución Cultural fue también un desastre desde el punto de vista cultural, durante la cual se destruyó todo el arte tradicional y solo se estimuló las formas más chabacanas de propaganda.

Zhang, quien creció durante ese periodo, hubo de esperar a que terminara para conocer de la existencia de la Mona Lisa o de Beethoven. "Antes sólo había visto obras propagandísticas que te lavaban el cerebro", señala.

Sostiene Rolandi que la preocupación por enriquecerse de los artistas en China no es diferente ni mayor que en el resto del mundo, aunque "quizá aquí es más obvio porque no se esfuerzan en esconderlo".

Xi no ha sido el primero en pensar que la inmersión en ambientes rurales alejados de los neones de Shanghái o Pekín podría desembocar en la creación de obras de arte.

Un crítico quiso abrir años atrás en Pekín una academia de cine y documentales con becas para que los jóvenes artistas viajaran por el país y contaran sus historias. El proyecto fue finalmente cancelado meses atrás sin que nunca llegara a formalizarse.

"Lo sabotearon durante todo el tiempo, incluso le cortaron la electricidad", revela Rolandi.

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