El Ministerio de Planeamiento de Brasil redujo su previsión de crecimiento para 2015 del 2% al 0,8% del Producto Interior Bruto(PIB), según un documento oficial divulgado este jueves.
Con esta previsión más conservadora, el gobierno de Brasil se aproxima a las del sector privado aumentando su credibilidad, uno de los principales objetivos del nuevo ministro de Planeamiento, Nelson Barbosa.
En los próximos años las previsiones del gobierno son que la economía brasileña crecerá en torno al 2% en 2016 y un 2,3% en 2017, muy en la línea de las declaraciones este jueves del ministro de Hacienda saliente, Guido Mantega, quien en un acto en Sao Paulo afirmó que Brasil "tienes plenas condiciones para iniciar un nuevo ciclo de crecimiento económico".
Planejamento encaminha atualização da proposta de meta de resultado primário para 2015: http://t.co/44kxUD7FGT
— Planejamento.gov.br (@planejamentobr) 4 декабря 2014
"Cuando la crisis internacional de 2008 se inició ya estábamos preparados para afrontarla. El mercado interno era vigoroso y por primera vez Brasil no cayó en una crisis. Mientras otros países tomaron el tortuoso camino de la ortodoxia, nosotros tomamos el camino de la política económica anticíclica", afirmó Mantega en referencia al aumento del gasto público y abandono del esfuerzo fiscal que practicó su gobierno.
Para Mantega, Brasil es un "país sólido y respetado" y uno de los "principales protagonistas del escenario mundial" que se atrevió a realizar una "combinación inédita" consistente en una política social e industrial acompañada de programas de protección social como "Minha casa, minha Vida" o "Bolsa Familia".
El ministro saliente agregó que "mientras en Estados Unidos y Europa millones de trabajadores perdían sus empleos, en Brasil el empleo y la renta continuaban aumentando", y concluyó que su mayor orgullo es dejar su puesto con la "menor tasa de desempleo" de la historia.
El economista y exdirector del Banco Bradesco, Joaquim Levy, sustituirá oficialmente a Mantega el próximo 1 de enero, fecha del inicio del segundo mandato de Dilma Rousseff, e iniciará un giro conservador en la política económica marcado por el ajuste fiscal y el control inflacionario.