Tras los incidentes de esta semana en el Congreso Nacional la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, hizo un llamamiento este jueves a respetar los resultados de las presidenciales el pasado mes de octubre.
Así se expresó este jueves tras sancionar un convenio con el gobierno del Estado de Sao Paulo, gobernado por el miembro de la oposición Geraldo Alckmin, que permitirá a este invertir 3.240 millones de reales en las obras necesarias para superar la peor sequía en 80 años en el estado más poblado de Brasil con 42 millones de habitantes.
"Durante la campaña es normal criticar, disputar y resulta comprensible que los ánimos se caldeen. Una vez concluidas las elecciones hay que respetar la elección legítima del pueblo brasileño", declaró Rousseff que recordó que Brasil es un país que "está en un proceso de profundizar en su democracia".
Las palabras de Rousseff tienen por objeto calmar los ánimos tras los incidentes registrados en el Congreso Nacional entre diputados del Partido de los Trabajadores (PT) y el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) en la votación del proyecto para derogar la Ley de Responsabilidad Fiscal.
Los gritos de "Brasil no es Cuba" de diputados del PSDB, unidos a las declaraciones el pasado sábado del líder del partido de la oposición, Aécio Neves, de que "perdió las elecciones ante una organización criminal", han caldeado enormemente los ánimos en el panorama político del país.
Por su parte, Rousseff puso rumbo a Guayaquil, en Ecuador, donde participará estos días de la VII Cumbre de Unasur, en la que también participan sus homólogos en Mercosur Cristina Kirchner, José Mújica, Nicolás Maduro y Horacio Cortes así como Rafael Correa en calidad de anfitrión.
