"Los niños se reúnen dos veces a la semana durante una hora para que los maestros puedan ponerles nota y para que no pierdan un año escolar, pero de hecho no reciben educación", constató Lokshina que visitó las provincias de Donetsk y Lugansk a finales de noviembre.
Señaló que "es un problema muy grave en varias zonas ".
Lokshina agregó que las necesidades humanitarias de la región son muy apremiantes.
"La categoría más vulnerable son siempre los ancianos, las personas con discapacidad, los enfermos y los menores de edad", recalcó.
Subrayó que los derechos de asistencia médica y educación de los que están ahora en la zona del conflicto, así como de los desplazados y los refugiados, no se garantizan de manera debida.
La defensora de derechos humanos indicó además que no ve motivos para cuestionar los datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) que informó el viernes pasado que más de 1,7 millones de niños se encuentran en una situación complicada por el conflicto en el este de Ucrania.
Según el informe de UNICEF, un total de 147 escuelas permanecen cerradas en la provincia de Donetsk dejando sin estudios a unos 50.000 menores de edad desde el 1 de septiembre pasado.
Otros 187 centros de enseñanza fueron destruidos en las zonas controladas por el Ejército ucraniano.