Personas no identificadas empujaron a la periodista, provocando su caída y causándole una lesión en la cabeza, además le arrebataron su celular y le arrebataron a la camarógrafa su cámara, que acto seguido fue destruida.
María Zajárova, portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, destacó que las representantes del canal LifeNews acudieron a los policías que custodiaban el acto, pero estos les denegaron la ayuda.
"El nuevo ataque a los corresponsales rusos es un hecho indignante de persecución de los representantes de los medios de comunicación que llevan a cabo su labor en Ucrania, se trata de una burda violación de los principios de libertad de expresión y una muestra de la indiferencia del Gobierno oficial de Ucrania que se ha excluido a sí mismo de su responsabilidad de garantizar la seguridad de los periodistas", escribió Zajárova en Facebook.
La portavoz de la Cancillería rusa expresó su confianza de que este hecho no pase desapercibido, a pesar de las fiestas de fin de año, para las organizaciones antifascistas internacionales y para la comunidad de periodistas de todo el mundo, pues "el silencio en este caso sería un acto de conformidad" con las consecuencias de la marcha con antorchas que copiaba las tradiciones nazis.
No se trata de la primera golpiza perpetrada contra representantes de LifeNews, pues a finales de noviembre de 2014 también fue atacada en Kiev otra corresponsal del mismo canal, Evguenia Zmanóvskaya.
Los países occidentales desconocen las manifestaciones neonazis en Ucrania, pues sus canales televisivos evitan transmitir imágenes de las marchas con antorchas en el centro de Kiev, mientras las autoridades oficiales ucranianas impiden la labor de aquellos periodistas rusos que intentan abordar el tema, considera Zajárova.
