El objetivo de este plan era evitar "la captación de nuevos terroristas, mejorar el control de fronteras, reforzar la seguridad de lugares de concentración masiva y actuar contra las redes de apoyo y financiación de los criminales", según reveló hoy el diario El País.
El Gobierno conservador de Mariano Rajoy tiene previsto estudiar este viernes el Plan Nacional de Lucha contra la Radicalización Violenta, en su vertiente islamista, para crear una "una contranarrativa frente al discurso yihadista", fundamentalmente a través de las redes sociales.
El plan conservador tiene muchas similitudes con la propuesta socialista aprobada hace cuatro años.
El Ministerio del Interior calcula que unas 70 personas se han alistado desde España en el Estado Islámico.
De ellas, según los servicios de seguridad, 12 regresaron a España tras ser entrenados y radicalizados en Siria, Irak y uno en Mali.
Once ya están en prisión y el duodécimo vive en Londres, según fuentes antiterroristas españolas.
Se trataría de Moutaz Alamllah Dabas, considerado uno de los instigadores de los atentados del 11-M de 2004 en Madrid, que dejaron cerca de 200 muertos, sin embargo fue absuelto por la masacre de Atocha.
El plan aprobado por los socialistas abarcaba los temas de integración, financiación de las actividades radicales y la expansión de estas ideas.
Se proponía endurecer las medidas penitenciarias, frenar la proliferación de mezquitas irregulares y promover nuevos tipos penales para sancionar la captación y el adoctrinamiento.
Conservadores y socialistas se reúnen hoy para tratar de pactar las reformas del Código Penal para luchar contra el terrorismo islamista.
Algunos partidos minoritarios han mostrado su preocupación por los posibles recortes de libertades que pueden representar para la sociedad estos planes.