"La visita del presidente Maduro a Rusia no la veo que haga cambiar los planes de las empresas rusas petroleras", dijo el experto a RIA Novosti.
Según Ohep, en el último tiempo se ha observado que las petroleras rusas están reduciendo su actividad en Venezuela, lo que se relaciona con la caída de los precios del petróleo y la necesidad imperante de revisar las perspectivas de inversión.
"(Las petroleras rusas) están preparando para este próximo año de precios bajos de petróleo una retirada táctica de recursos para Venezuela- disminución de personal, oficinas, etc.", dijo.
Debido a que "es muy difícil mantener una operación lenta, donde la inversión hay que analizarla nuevamente a ver si el rendimiento con precios a $40 el barril, daría un resultado aceptable en un tiempo razonable", según Ohep.
Además, no descartó que las empresas rusas sigan operando en Venezuela si es que se observan cambios concretos en la política económica del país, como una disminución del gasto público.
"Sin esto, veo muy difícil que las empresas rusas quieran seguir el status quo que tienen en Venezuela con los proyectos petroleros", indicó.
Cinco empresas rusas formaron un consorcio petrolero, NNK, para operar en el bloque Junín-6 de la faja petrolera del Orinoco. En un principio participaban de forma equitativa las petroleras rusas Rosneft, Lukoil, Surgutneftegaz, TNK-VR y Gazprom Neft. Cada una de estas empresas invirtió 200 millones de dólares y recibió el 20%. Actualmente Rosneft posee un 60% de las operaciones, mientras que Gazprom Neft y Lukoil tienen el 20% cada una.
Sin embargo, Lukoil y Rosneft suscribieron en diciembre un paquete de acuerdos vinculantes sobre el traspaso de activos. Una vez cerrada la transacción, Rosneft elevará del 60% al 80% su participación en NNK, quedando el restante 20% en manos de Gazprom Neft.
El consorcio petrolero ruso tiene una participación del 40% en el yacimiento Junín 6, cuyas reservas se evalúan en 195 millones de toneladas. La venezolana PDVSA controla el 60%.