Ambas querellas eran muy similares y se presentaron al mismo tiempo, pero los magistrados optaron por rechazar la que tenía más posibilidades de seguir adelante, la de Albert Solà, nacido en 1956.
En una entrevista al diario.es, la ciudadana belga, de 49 años, aseguró que pedirá la comparecencia como testigo del padre de Felipe VI si llega a celebrarse el juicio "porque creo que merece la pena hacerle venir para que conozca y reconozca a su hija".
ENTREVISTA | Ingrid Sartiau: "Pediré la comparecencia del rey Juan Carlos en el juicio" http://t.co/cJ8BkJQwT4 pic.twitter.com/We0iEq4wd9
— eldiario.es (@eldiarioes) January 15, 2015
Sartiau se hizo un test con su presunto hermano en la Universidad Católica de Lovaiana que reveló un "91% de probabilidades de descender del mismo padre".
La demandante presentó un acta notarial de su madre, que en la actualidad tiene 80 años, en la que habla sus citas en 1965 con un varón de 31 años, "gentil, guapo y de ojos azules".
La pareja mantuvo, según Liliane, tres intensos días de relaciones sexuales en la Costa del Sol.
La madre le reveló a su hija que ese hombre era Juan Carlos I hace cuatro años cuando, viendo juntas la televisión, el entonces monarca apareció en pantalla.
De ser cierta la querella presentada por Sartiau, se convertiría en la primogénita del rey, tendría los mismos derechos que Elena, Cristina y Felipe de Borbón y podría reclamar su parte de la herencia.
La fortuna de Juan Carlos I, según los cálculos de The New York Times, podría ascender a 1.800 millones de euros, aunque hay especialistas que la suben a 2.000 millones.
El pleito de la ciudadana belga podría concluir antes del verano.