Rivlin estará en Nueva York esta semana para hablar en la sede de la ONU, para un evento del Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto.
La presidencia israelí informó al embajador estadounidense Dan Shapiro a principios de diciembre de la visita prevista de Rivlin, y la información fue transmitida a la Casa Blanca.
Un alto funcionario israelí dijo que al principio Rivlin indicó que estaría encantado de ir a Washington si lo invitaba la Casa Blanca. El portavoz adjunto del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Alistair Baskey, señaló que Rivlin había pedido en diciembre un encuentro con Obama en el marco de su visita a Nueva York.
La Casa Blanca estuvo un tiempo sin sugerir una fecha para la reunión, pero el sábado contactó a la presidencia israelí para invitar a Rivlin a Washington al final de la semana, después de que Obama regrese de su viaje a la India y a Arabia Saudita.
Tras unas consultas, Rivlin ha declinado la invitación estadounidense. Sus asesores explicaron a los estadounidenses que las agendas de los dos presidentes se solapan. Se espera que Rivlin regrese a Israel antes de que Obama esté de vuelta en Washington.
Sin embargo, medios de comunicación israelíes indican que la alta tensión entre la Casa Blanca y la oficina del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, por el discurso que este último pronunciará en el Congreso estadounidense por invitación de un congresista y sin que lo supiera antes la Casa Blanca, ha contribuido a que Rivlin haya declinado reunirse con Obama.
Netanyahu dijo ayer al inicio de la reunión que mantiene con su gabinete los domingos que rechazaba las críticas de la administración Obama y la oposición israelí sobre su discurso en el Congreso. "Voy a ir a cualquier parte a la que me inviten para expresar la posición de Israel en la cuestión iraní", afirmó.