Según informó la Agencia Brasil, la iniciativa fue promovida por el abogado de Cerveró, Edson Ribeiro, debido a que Rousseff ocupó el cargo de presidenta de Consejo de Administración de Petrobras y la presidencia de la petrolera durante el tiempo en que Cerveró dirigió la sección Internacional.
Junto con Rousseff, fue también llamado a testimoniar el expresidente de Petrobras, José Sergio Gabrielli, sin embargo y para alivio de la presidenta el Código Penal brasileño garantiza que las personas que son llamadas a testimoniar por la defensa de un acusado puedan negarse a comparecer ante el tribunal.
La relación, aunque indirecta, de Cerveró con Rousseff podría acabar de salpicar a la presidenta Dilma Rousseff en el mayor escándalo de corrupción del país, algo que, de momento, ha conseguido evitar a pesar de la evidente cercanía que mantuvo con los exdirectores, Paulo Roberto Costa y Nestor Cerveró, durante su pasado al mando de la petrolera.
Cerveró permanece preso desde el 14 de enero en la Superintendencia de la Policía Federal de Curitiba debido a que la Justicia brasileña le acusó de querer deshacerse de bienes, obtenidos de manera ilícita, para escapar de la previsible confiscación de bienes durante su juicio en el caso Petrobas.
Las investigaciones del Ministerio Público de Brasil apuntaron a que Nestor Cerveró recibió 15 millones de dólares en 2008 a cambio de facilitar el contrato de 586 millones de dólares con la compañía Samsung Heavy, por el cual un navío sondearía y perforaría en busca de petróleo en aguas profundas de África.
