El sorprendente anuncio de ayer aseguraba que 15 funcionarios del Partido Comunista de China habían sido castigados el pasado año por haber proporcionado información al dalái lama, haber participado en grupos independentistas y haber tomado parte en actividades que pusieron en peligro la seguridad nacional.
La sucinta nota no aclaraba por qué la noticia se conocía un año después ni cuáles fueron los castigos, la información proporcionada o las actividades independentistas.
Tampoco especificaba a qué etnia pertenecían los funcionarios, si a la autóctona tibetana o a la han.
El diario ultranacionalista Global Times aclara hoy en un editorial que "todos los funcionarios" serán tratados por igual y que no podrán esperar una mayor benevolencia que el resto de ciudadanos.
"Si hay funcionarios que toman una actitud ambigua" ante la cuestión del Tibet, señala el diario, serán perseguidos "con independencia de su etnia".
En el editorial titulado "Los que apoyan el separatismo deben pagar un precio" acusa a la "confusión ideológica" de algunos cuadros de conducirles a violar las leyes. "Han malinterpretado la tendencia de los tiempos y perdido su autoconfianza política", señala el diario, bajo el paraguas del grupo del Diario del Pueblo.
La existencia de disensiones entre los propios cuadros del partido revela los problemas de Pekín por sofocar las pulsiones separatistas en la región a pesar de la fuerte presión policial y social.
Los grupos tibetanos en el exilio denuncian que el Gobierno apretó aún más las tuercas después de las sanguinarias revueltas de 2008 en Lhasa.
