Según las informaciones del diario brasileño "Folha de Sao Paulo", el bloqueo en esta ocasión va mucho más allá de las cuentas bancarias, como ocurrió en 2014, y esta vez todos los bienes del billonario y sus herederos (mansiones, barcos, aviones, acciones, etc.) no porrón ser ni vendidos ni transferidos.
La intención del juez Souza sería la de garantizar la cantidad de 3.000 millones de reales (unos 1.093 millones de dólares), que Eike Batista debería afrontar en caso de que las indemnizaciones y multas por sus delitos contra el mercado financiero deban ser ejecutadas tras su condena.
El magnate Eike Batista se encuentra en la actualidad siendo juzgado por un delito de información privilegiada "insider trading" por haber vendido acciones de la petrolera OGX poco antes de reconocer que sus reservas no eran rentables, algo que solamente admitió en julio de 2013, y de manipular el mercado prometiendo una inyección de 1.000 millones de dólares a sus accionistas, mediante una operación financiera llamada "Put", en octubre de 2012.
Gracias a estas maniobras, Eike Batista consiguió un enorme lucro al deshacerse de sus participaciones antes de que las acciones de la empresa de desmoronasen y la empresa tuviese que despedir al 25% de sus trabajadores.
Como presidente del Grupo EBX, Batista fue considerado el tercer hombre más rico de Brasil en 2012 apareciendo en la lista de la revira "Forbes" con una fortuna estimada de 12.400 millones de dólares.
Sin embargo, en 2013, un serie de negocios fallidos, la repentina quiebra de varias de sus empresas y su imputación por la Justicia Federal, el pasado 16 de septiembre, derrumbaron su imperio minero/petrolero que en la actualidad se considera inferior a los 200 millones de dólares.