"Somos un objetivo natural de todos los ciberdelincuentes", dijo Rego al explicar que España "es una referencia económica, con multinacionales que proporcionan servicios estratégicos, como la energía, las telecomunicaciones o la banca".
El ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel García-Margallo, reveló este jueves que España es el tercer país con más ataques cibernéticos del mundo, después de Estados Unidos y del Reino Unido, con 70.000 incidencias en 2014.
"Es un número muy importante de incidentes de seguridad" señala Rego, ingeniero informático, pero "para ser capaz de cuantificar un número tan elevado de incidentes de seguridad se tienen que producir dos circunstancias"
La primera, ser atacado, "pero, lo más importante, detectar que se está siendo atacado para poner medidas" y en estos últimos 13 años, "España ha hecho un esfuerzo especial para desarrollar capacidades para protegernos mejor contra las ciberamenazas", explica el director general a Sputnik Nóvosti.
Los ataques llegan de muchas zonas del mundo, desde China o Rusia o desde Estados Unidos o América Latina, pero "la cuestión es que el origen tenga relación con el autor" porque muchas veces para realizar ataques sofisticados, "los cibercriminales utilizan ordenadores o servidores localizados en China o en Rusia o en otros lugares para desde ahí lanzar el ataque".
Lo fundamental, para el experto, es la cooperación internacional, porque "el ciberespacio está deslocalizado y comprende a todos los países".
Rego avanza que no se salva ningún sector económico, ni político de los ciberataques. "La tecnología está presente en todas partes", y, asegura, "todos somos destinatarios de ataques", empezando por el ciudadano que es objeto "de estafas y fraudes que tienen como vehículo internet".
Las empresas sufren ataques para robar la propiedad intelectual o la información estratégica. "Se intenta acceder a la estrategia que se va a seguir para licitar, por ejemplo, en un proyecto internacional donde hay detrás muchos millones de euros".
"Todos los Estados están siendo atacados por el ciberespionaje". También los yihadistas utilizan "el ciberespacio para hacer propaganda ilícita, modificando contenidos de páginas webs de empresas y colocando ahí información propagandística de las acciones que realizan", explica a esta agencia.
Rego asegura que el ciberespacio es un lugar perfecto para lidiar guerras políticas o financieras ya que "permite el anonimato, existen lagunas legales y falta un marco de derecho internacional que regule el uso y el abuso del ciberespacio"
A ello se suma "la deslocalización del atacante e incluso la simetría, ya que con poco esfuerzo y con poco dinero podemos hacer un gran daño"
"Se está libreando y se seguirá librando una lucha, una ciberguerra para tener acceso a información privilegiada, estratégica" o incluso con el objetivo de "generar desconfianza sobre un país, intentar desestabilizarlo", dice Rego a Sputnik.
Para el experto "es una nueva realidad con la que tenemos que convivir".