"Brasil suministró armas pesadas a Sadam Hussein y ahora lo estamos sufriendo. Es el momento de ayudarnos contra el Estado Islámico", declaró a Folha el líder del partido kurdo KPD, Almin Najar, en referencia a los blindados Cascavel que Brasil vendió a los iraquíes en la guerra contra Irán, entre 1980 y 1988.
Por otra parte, un diplomático iraquí anónimo aseguró que "es un absurdo que un país con ambiciones globales no se posicione en un tema como este", mientras que recordó que países como Alemania y Estados Unidos han ayudado armando a los kurdos que luchan contra el EI en el norte de Irak.
"Alemania nos ayuda con armas, entrenamiento y ayuda humanitaria, los Estados Unidos también. ¿Y Brasil? ¿Por qué no hace nada delante de niñas de 12 años siendo violadas y periodistas decapitados?", concluyó el diplomático citado en el reportaje.
Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil señaló por medido de un comunicado que Irak no solamente no ha pedido ayuda en materia de combate al terrorismo, sino que ha agradecido la condición de Irak como suministrador privilegiado de petróleo a Brasil.
"La cooperación brasileña en el combate al terrorismo se ha centrado en aspectos como conceder asilo a refugiados, tanto de Siria como Irak, antes que en la concesión de armas, financiamiento o ayuda militar", explicó la nota del Palacio Itamaraty, sede del Ministerio de Exteriores en Brasilia que indicó, además, que el país estaría "sopesando" prestar la ayuda humanitaria solicitada por las Naciones Unidas.
El pasado 23 de septiembre, la presidenta aprovechó su discurso durante la Cumbre de las Naciones Unidas, en Nueva York, para criticar el bombardeo de los Estados Unidos contra el Estado Islámico en el norte de Irak, abogar por el diálogo en Oriente Próximo y exigir la ampliación del Consejo de Seguridad de la ONU para incluir a Brasil.
