El documento destaca que "además de la escalada interior, comenzada en 2011 tras el uso de violencia excesiva contra manifestantes, varios actores externos contribuyeron a la militarización del proceso, lo que transformó los desórdenes en una cruenta guerra civil".
Según el informe, "varios países trataron de influir en las partes del conflicto conforme a sus propios intereses geopolíticos. Su apoyo abarcó los ámbitos financieros y militares, dio a las partes en pugna (…) los medios necesarios para aumentar o por lo menos continuar su participación en el conflicto".
Sin precisar qué países prestaron el apoyo militar y financiero a las partes del conflicto sirio, la Comisión Internacional Independiente señaló que se trata tanto de vecinos de Siria, como de Estados lejanos de la región.
La Comisión llama también la atención a múltiples infracciones de los Derechos Humanos por las autoridades oficiales y las fuerzas de oposición, citando en particular el uso masivo de municiones de racimo, bombardeos y el uso de armas químicas.
Algunos grupos de oposición pasaron a actividades terroristas en y fuera de Siria que causaron muertes masivas de civiles.
El informe subraya que la participación de militares extranjeros en el conflicto sirio contribuyó a la subida de extremismo y terrorismo en Siria y reforzó a los grupos radicales Estado Islámico y Frente al Nusra, cuyas actividades se puede calificar como crímenes de guerra.
El documento se basa en testimonios de 3.556 personas, recogidos de septiembre de 2011 a enero de 2015. Los autores del informe no tuvieron acceso al territorio de Siria.
Se prevé que la Comisión Independiente presentará el informe el 17 de marzo en el 27º período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra.
