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Un muerto, una docena de heridos y 100 detenidos tras los disturbios de Acapulco

© REUTERS / Claudio VargasDisturbios en Acapulco
Disturbios en Acapulco - Sputnik Mundo
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Un maestro jubilado murió este miércoles tras el desalojo de una protesta de cientos de manifestantes que bloqueaban al aeropuerto de Acapulco, sur de México, reportó un portavoz de los inconformes.

La muerte del manifestante por traumatismos craneoencefálicos ocurrió tras disturbios que se saldaron la noche del miércoles con una docena de heridos –siete de ellos policías– y 106 detenidos, de los cuales han sido liberados 99, de acuerdo con la policía de Guerrero; sin embargo portavoces de los maestros afirman que son 10 y no siete los maestros que permanecen bajo arresto.

Una nueva manifestación de centenares de maestros en protesta por la muerte del manifestante partió la tarde del miércoles de la plaza principal de la capital de Guerrero, Chilpancingo (200 km al sur), a medio camino entre la capital y Acapulco, para bloquear dos de los cuatro carriles de la autopista que une a la Ciudad de México con el puerto turístico.

El maestro jubilado Claudio Castillo, de 65 años, murió alrededor de las 04:00 locales (10H00 GMT) en un hospital "a consecuencia de los golpes que sufrió" en el choque callejero la noche del martes con los policías, dijo a periodistas Salvador Rosas, miembro de la Comisión Política de la Coordinadora Estatal de Maestros del Estado de Guerrero (CETEG), y el gobierno de Guerrero ha confirmado el deceso.

La protesta desencadenó un altercado que dejó siete policías y cinco manifestantes heridos y un centenar de detenidos la noche del martes, reportaron autoridades e inconformes.

El desenlace de la protesta que se había prolongado durante cinco horas de bloqueos de carreteras ocurrió alrededor de las 20.00 locales, cuando los manifestantes ocuparon uno de los autobuses tomados para la protesta y lo enfilaron a toda velocidad contra la valla de unos 500 policías para romper un cerco que les impedía llegar al aeropuerto, de acuerdo con la televisión mexicana.

"Nos deslindamos totalmente de este autobús que llegó a embestir no solo contra la Policía Federal sino con las compañeras que hicieron la valla", dijo el líder magisterial.

Los policías respondieron el ataque y comenzaron el desalojo de la cartera con bastonazos y gases lacrimógenos; mientras los maestros respondieron con destrozos de negocios y unos 15 autos de particulares.

La protesta comenzó en Puerto Marqués, vecino de la gran bahía de Acapulco, y los maestros marcharon hacia el aeropuerto, a lo largo de una costanera exclusiva conocida como Acapulco Diamante, donde termino la marcha ante el tapón policial.

La CETEG exige el pago de salarios demorados para 12.000 trabajadores administrativos de magisterio de un total de unos 84.000 (74.000 maestros) en todo Guerrero.

Las negociaciones han avanzado este miércoles y solo restan 1.400 plazas sin recursos asignados, de acuerdo con los negociadores.

Los inconformes exigen además la aparición con vida de 43 estudiantes de la escuela rural de maestro de Ayotzinapa –desaparecidos hace cinco meses en un ataque de policías confabulados con narcotraficantes– quienes de acuerdo con la investigación federal fueron asesinados, sus cuerpos calcinados y lanzados a un río.

Los maestros de Guerrero son los más combativos y disidentes del gremio nacional magisterial, el más grande de América Latina (el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación).

Sin embargo, luego de cuatro meses de protestas, en los cuales han causado destrozos e incendiado todas las sedes de los poderes en Guerrero, los inconformes ya muestran divisiones entre quienes buscan escalar las protestas con manifestaciones violentas y quienes prefieren negociar para obtener resultados.

Una declaración de un sector de la dirigencia emitida la semana pasada, en la cual se comprometía a dejar las acciones de vandalismo que afectan a la población –imputado a "infiltrados"– evidenció las fisuras entre los inconformes, luego que algunos maestros defendieran el uso cócteles molotov y garrotes como "autodefensa".

El Gobierno parece determinado a retomar la iniciativa e impedir los excesos tras cinco meses de manifestaciones, a medida que configura el desenlace de las investigaciones del caso de Ayotzinapa que conmocionó al país.

"Hay un límite de tolerancia, pero ayer lo rebasaron, vuelve a ocurrir, pero con menos intensidad, son contingentes menores", dijo el gobernador de Guerrero, Rogelio Ortega, reemplazó de Ángel Aguirre (PRD, centroizquierda), quien renunció tras la masacre de Ayotizinapa y es investigado por corrupción.

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