“Las posiciones de los racistas en Europa son fuertes, crece la hostilidad contra los extranjeros y el Islam; las razones de esto se esconden en la cultura europea”, señaló el político turco.
Atalay argumentó que es importante incentivar el desarrollo de la democracia, los derechos y la libertad.
“Sin embargo, hay que respetar la opinión ajena, los valores y los sentimientos de los otros”, advirtió.
El senador turco considera que “no se puede ofender y humillar a los demás, amparándose en la libertad de palabra”.
“Los derechos y libertades de unos deben limitarse con los derechos y libertades de los demás, se trata de un principio universal que no podemos desechar en la actualidad”, declaró.
La historia muestra, señaló Orhan Atalay, a dónde puede conducir la intolerancia, máxime ahora, cuando “Occidente se enfrenta a una gran amenaza”.
“Estamos ante una elección, o mirar desde afuera cómo Europa se acerca a otra guerra, u oponernos por todos los medios a esta peligrosa tendencia”, sentenció.
Después de los sucesos del 11 de septiembre, las tesis proclamadas por Washington sobre la “guerra de las civilizaciones” se tornó muy popular, recordó Atalay, al señalar que se presentó como proyecto alternativo el concepto de la “alianza de las civilizaciones”.
Turquía participó activamente en la realización práctica de este concepto, al asumir junto a España la copresidencia de la Alianza de las Civilizaciones, amparada por la ONU, relató a Sputnik Nóvosti Atalay.
Sin embargo, advirtió el político turco, las autoridades españolas, presionadas por los ánimos islamofóbicos de Europa, tomaron la decisión de abandonar esta organización, hecho que confirma el avance del racismo en el Viejo Continente.
No obstante, Orhan Atalay señaló que el comportamiento de Madrid “influyó en la actitud de Ankara respecto a la idea de desarrollar el diálogo y la cooperación entre las civilizaciones”.
El diputado turco lamentó que en el mundo occidental se utilicen los medios de prensa para “ofender los sentimientos de los creyentes, cometiendo de tal modo delitos definidos por la legislación internacional como ‘crímenes de odio’”.
“Si no se establecen prohibiciones al respecto, seremos nuevamente testigos de actos terroristas como los que tuvieron lugar en París, de una discriminación no controlada contra los migrantes y de una intolerancia contra el pensamiento ajeno que se adueñará prácticamente de toda Europa”, dictaminó Orhan Atalay.
