El Ejército ucraniano "cuenta con el apoyo de voluntarios de extrema derecha llegados de todo el mundo" que con frecuencia pasan desapercibidos para los medios de comunicación internacionales, indicó.
El periodista declaró que desconoce si hay españoles en las filas de las fuerzas de Kiev en el este de Ucrania.

La Policía española detuvo esta mañana en diferentes ciudades a ocho españoles por combatir con las milicias en Donbás en la primera operación policial llevada a cabo en Europa contra las actividades de los combatientes extranjeros en el conflicto ucraniano.
Los detenidos se desplazaron a Ucrania el año pasado y regresaron recientemente a España, según la información oficial.
Según explicó Suso, tras el cambio de régimen en Kiev en febrero de 2014, "hubo una gran desorganización del Ejército ucraniano" que favoreció la aparición de batallones compuestos por voluntarios.
Entre ellos, este periodista señaló el batallón Azov, que aglutina a voluntarios procedentes de la extrema derecha. Esta unidad ha participado en varias de las llamadas operaciones antiterroristas en el este de Ucrania, añadió.
Suso destacó a dos de sus integrantes, el italiano Francesco Saviero Fontana, alias "Stan", un fascista italiano relacionado con Gabriele Adinolfi, involucrado en la red Gladio, y el francotirador sueco Mikael Skilt, militante del neonazi Partido de los Suecos (SvP).
Skillt partcipó en la masacre de Mariúpol en mayo de 2014, en la que murieron un centenar de personas, "y ha regresado a Suecia y sigue en libertad", señaló Suso, en contraste con la detención hoy de los ocho voluntarios españoles.
"La participación de dos comunistas españoles, Rafael Muñoz y Ángel Dávila, en el batallón Vostok, fue vista por muchos como un intento de repetición histórica de las Brigadas Internacionales de la Guerra Civil Española", dijo.
Pero los brigadistas españoles, advierte, comparten trinchera con voluntarios de ideología completamente opuesta.
Así, Suso mencionó que con las milicias de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk combaten numerosos ultraordoxos y paneslavistas.