Según Irina Kírina, redactora jefe de la revista “Defensa de Rusia” –publicación oficial del sector de defensa– debido a la ausencia de un sistema de control de distribución de la comida las bases militares sufren pérdidas millonarias: “Algunos comen más de lo asignado, otros se llevan las raciones destinadas a sus compañeros en licencia”, explica al diario ruso Izvestia.
Afirma que el nuevo sistema mostrará claramente la nómina de los presentes y ausentes en la base militar y permitirá ahorrar el tiempo, los gastos y los alimentos sin que la comida acabe en una bandeja que no le corresponda.
Kírina explica que el sistema tiene como objetivo principal controlar la entrega de las raciones a los militares profesionales que –a diferencia de los que hacen la mili obligatoria– tienen derecho a abandonar la base y por lo consiguiente pueden frustrar la logística alimentaria al no asistir a la comida.
Defensa afirma que el escaneo de las huellas digitales antes de comer permitirá ahorrar anualmente hasta 3.500 millones de rublos (unos 55 millones de dólares a cambio actual), seis veces más que el importe necesario para la instalación del sistema, según estimaciones de expertos.