El virus H7N9, que fue registrado por primera vez en humanos dos años atrás, se ha instalado en las provincias del sureste de China y seguirá mutando si no se aúnan esfuerzos para erradicarlo, según Guan Yi, de la Universidad de Hong Kong.
“El virus se ha extendido del este al sur de China y se ha hecho fuerte en los pollos”, sostiene Guan.
Las medidas propuestas consisten en la clausura de mercados de aves vivas, el sacrificio centralizado de los animales y la prohibición del transporte interprovincial durante las crisis, además de una vigilancia sistemática.
Según el estudio del centro hongkonés, dirigido por Guan y realizado en colaboración con instituciones de la China del interior, existen hasta tres nuevas mutaciones en el este y sur de China diferentes a la detectada dos años atrás en la provincia de Jiangxi.
Los científicos han asegurado que todas ellas pueden ser tratadas con las vacunas vigentes recomendadas por la ONU en 2013.
El virus H7N9 ha infectado a 622 personas y matado a 227 desde 2013.
Las variantes descubiertas hasta ahora no permiten un contagio fácil entre personas, pero no es descartable que alguna mutación futura facilite la transmisión.
Cuanto más tiempo un virus está en circulación, más fácil es que mute y que infecte a personas.
Tanto el virus H7N9 como el H5N1 (que ha infectado a 784 personas en 16 países y matado a 429 desde 2003) tienen un alto porcentaje de mortalidad, por lo que los expertos temen que una pandemia provocada por cualquiera de ellos podría causar millones de víctimas.
Guan ha asegurado que la alta capacidad de mutación mostrada por el virus H7N9 es preocupante.