La mayoría rusoparlante de Crimea, de unos 2,3 millones de habitantes, se negó a reconocer la legitimidad de las nuevas autoridades ucranianas y apostó por la reunificación con Rusia.
El 11 de marzo de 2014, la península y su principal puerto, Sebastopol, proclamaron la independencia de Ucrania y pidieron reincorporarse a Rusia.
Cinco días después, el 16 de marzo, más del 96% de los crimeos avalaron esta opción en el referéndum, y el 18 de marzo, en un acto solemne en el Kremlin, se firmaron sendos tratados de adhesión de Crimea y Sebastopol a Rusia.
Rusia tuvo que intervenir en Crimea para evitar el derramamiento de sangre en la península, afirmó el presidente ruso, Vladímir Putin, en un documental titulado "Crimea. El camino a la Patria" que emitió el domingo la televisión rusa.
El mandatario reveló que supervisó personalmente los acontecimientos en la entonces región ucraniana.
Según Putin, Rusia envió tropas a Crimea para "garantizar a la población la posibilidad de expresar su voluntad en el referéndum".
A su vez, el jefe de la Duma de Estado (Cámara Baja del Parlamento ruso), Serguéi Narishkin, califica la reunificación de Crimea y Rusia como uno de los principales eventos históricos del siglo XXI.
“Celebramos la sesión del presídium del Consejo de Legisladores con el motivo del primer aniversario de uno de los principales eventos históricos del siglo: la reunificación de Crimea y Rusia”, dijo Narishkin en la reunión en la Duma.
El dirigente de Crimea, Serguéi Aksiónov, declaró hoy que la República no volverá a formar parte de Ucrania nunca más.
"Crimea no volverá a Ucrania nunca, la decisión (de separación) es definitiva, Crimea ha regresado a su Patria histórica", dijo Aksiónov en una entrevista a la BBC.
Aksiónov subrayó que el plebiscito reflejó la voluntad real de los crimeos y que su resultado fue fruto de una "elección" libre.
"Ha sido la elección de los crimeos, nada pasaría sin el apoyo de los habitantes locales", aseguró.
Es por eso que los acontecimientos de hace un año en Crimea se pueden calificar, según Aksiónov, como "un acto democrático" y de ningún modo como una agresión.
Al mismo tiempo, el dirigente crimeo expuso la principal razón por la que la península se separó de Ucrania hace ya un año.
"No podíamos vivir en un país gobernado por seguidores de la ideología nazi que además perdieron todo el sentido común", señaló.
Agregó que los acontecimientos en Ucrania "comenzaron con la lucha contra la corrupción y acabaron con amenazas a la población rusa".
En cuanto a las sanciones contra Rusia impuestas por Occidente tras la adhesión de Crimea, Aksiónov opinó que no perdurarán en el tiempo.
"Las sanciones son un instrumento inútil e infundado, (…) no durarán más de un año y medio o dos años", concluyó.
El primer aniversario del plebiscito y del tratado de adhesión se conmemorará con una serie de actividades en la capital de Crimea, Simferopol, y en la ciudad federal de Sebastopol.
